Cómo entrenar las sentadillas para masa muscular en 2025

Combina fuerza y series largas: una serie de 20 semanal, progresión tangible y dos sesiones de sentadilla por semana para maximizar masa sin sacrificar salud articular.

Voy directo: las sentadillas para ganar masa no son un dogma, son un catálogo de opciones que hay que ajustar al cuerpo, al calendario y al objetivo. En este texto recojo lo esencial que funciona: repeticiones altas intercaladas con bajo volumen pesado, una progresión tangible semana a semana y la programación práctica para integrarlo en una rutina semanal. Todo ello apoyado en experiencias reales con series largas, variantes de ejecución y matices de seguridad que marcan la diferencia entre un avance y una lesión.

Previas: preparación y lectura del entrenamiento

Horario y seguimiento de la rutina

Organizar el entrenamiento en la semana es tan relevante como la propia sesión. Yo recomiendo establecer días fijos para piernas y modular la intensidad: un día dominante en carga y otro en técnica/variantes. En la práctica que reviso aquí, la estructura semanal contempla un día de sentadillas profundas (espalda), y otro con sentadilla frontal, lo que me parece una solución efectiva para repartir estímulo y fatiga.

Más allá de los días, es clave decidir el orden del resto del entrenamiento. Si priorizas la masa en piernas, sitúa la sesión de sentadillas al inicio del entrenamiento y reserva energía para las series largas. Intercalar trabajo de torso y ejercicios accesorios en otros días permite mantener volumen sin canibalizar capacidad en las series de piernas.

En cuanto al seguimiento, llevo siempre un registro con cargas, repeticiones y sensaciones por serie. Para las series de 20 repeticiones anota el peso y cómo te deja en el torso y la zona lumbar; esas notas son las que permiten aplicar una regla simple de progresión (por ejemplo, +2–5 lb por semana en esa serie larga) en lugar de adivinar si progresas.

Estado de forma y rachas

Cuando analizas una trayectoria hay señales claras: peso de competición, levantamientos máximos y años de experiencia. En el caso que tomo como referencia, hay datos que condicionan el enfoque: haber competido en 170 kg de peso de escena, manejar series altas como 200 por muchas repeticiones en challenge y registrar un peso muerto de temporada de 585 son indicadores de capacidad de trabajo y de base de fuerza importante.

Esos registros permiten alternar días de alta intensidad con días de volumen sin miedo a sobrecargar el sistema nervioso central: un atleta con esa base tolera sesiones de 20 repeticiones semanales siempre que se dosifique adecuadamente y la recuperación sea prioritaria. Si tu historial es distinto, la progresión será más conservadora, pero la lógica permanece: combinar fuerza y resistencia del tren inferior acelera la hipertrofia cuando se controla la fatiga.

Las rachas están más relacionadas con la consistencia que con trucos puntuales. Mantener sentadillas semanales, variar repeticiones y trabajar pantorrillas y femorales con frecuencia controla el aspecto estético y la densidad muscular. Desde mi experiencia, la mejora continua sale de repetir una estructura simple y ajustarla: semanas con más volumen, otras con más intensidad, y una planificación que priorice la recuperación a largo plazo.

Claves tácticas y variantes (“posibles onces”)

No hay una única sentadilla que lo solucione todo; tienes que disponer de un plan de variantes. Yo estructuro las alternativas en dos bloques: sentadilla trasera para carga y fuerza y sentadilla frontal para profundidad y activación de cuádriceps. Complemento con trabajo específico de femoral y pantorrilla tres veces por semana para atacar debilidades genéticas.

Una táctica que aplico con frecuencia es añadir una serie de 20 repeticiones al final de una jornada de fuerza. Esa serie larga funciona como estímulo metabólico para fibras más resistentes y como recurso para aumentar volumen sin multiplicar sesiones; la regla simple que sugiere progresión lineal —subir 2–5 libras por semana en esa serie de 20— me parece útil porque es tangible y fácil de medir.

Además, integrar repeticiones máximas ocasionales —el llamado “challenge” de 200 libras para hombres o 100 para mujeres, con repeticiones hasta el fallo— tiene un valor psicológico y diagnóstico. No es obligatorio ni frecuente, pero cuando se hace sirve para evaluar tolerancia y resistencia mental. Yo lo empleo de forma controlada y poco regular; no es parte de la programación semanal estándar, sino un test puntual.

Historial rápido y lecciones aplicables

Del material que reviso salen tres lecciones prácticas: 1) combinar cargas bajas y altas en una misma semana produce mejor respuesta de masa que insistir solo en repes largas; 2) la consistencia en la sentadilla (una vez por semana como mínimo, a veces dos) es más importante que perseguir récords constantes; 3) los accesorios consistentes (pantorrillas, femorales, core) amplifican la apariencia y funcionalidad de las piernas.

También hay señales de adaptación a considerar: un atleta que puede completar series largas con peso moderado probablemente necesite más estímulo excéntrico y trabajo de fuerza máxima para romper mesetas. Por el contrario, quien no tolera bien las series de 20 debe priorizar volumen acumulado en rangos de 8–12 y subir densidad progresivamente.

En términos prácticos, incorporar periodos de alta y baja intensidad, mantener dos variantes de sentadilla en la semana y no descuidar la recuperación son medidas que aplico siempre. Son simples, pero efectivas: mejoran volumen muscular real y la apariencia sin comprometer salud articular cuando se hacen con criterio.

Plan de entrenamiento: sentadillas para masa

Objetivo

Mi objetivo al diseñar este plan es claro: maximizar hipertrofia de cuádriceps y masa total del tren inferior manteniendo salud articular y capacidad de trabajo. No se trata de subir 15 kg de músculo en un año de manera mágica; se trata de optimizar la ganancia real y la apariencia a partir de una combinación de fuerza, series largas controladas y trabajo accesorio.

Para conseguirlo establezco tres prioridades: 1) frecuencia suficiente de estímulo directo para piernas; 2) progresión cuantificable que puedas medir semana a semana; 3) variación de repeticiones para reclutar distintas fibras. La combinación de fuerza máxima y repeticiones altas es la que entrega mejor señal para hipertrofia funcional y densidad muscular.

En este enfoque uso la sentadilla clásica como ejercicio núcleo. La programación incluye una sesión pesada orientada a la fuerza y una sesión con enfoque en técnica y alto volumen o repeticiones largas. Ese doble enfoque permite mejorar kilos en la barra y, simultáneamente, aplicar estímulos metabólicos que favorecen hipertrofia.

Plan por semanas con tiempos y series (8 semanas práctica)

Te planteo una progresión de 8 semanas que combina fuerza y volumen, adaptable al nivel. Está pensada para alguien con base de fuerza razonable y experiencia previa con sentadillas. Semana a semana alternamos intensidad y volumen para controlar fatiga y forzar adaptación.

Semanas 1–2 (base y técnica):

  • Día A (fuerza): 4 series x 5 repeticiones en sentadilla trasera a un 75–80% del esfuerzo máximo, con 3–4 minutos de descanso.
  • Día B (volumen): 5 series (12, 10, 10, 8, 8) más 1 serie terminadora de 20 repeticiones con un peso submáximo que permita completar las 20 repes con técnica.
  • Accesorios: femorales 3×8–12, pantorrillas 3×12–15, trabajo de core 3×15.

Semanas 3–4 (asimilación y ligera subida):

  • Día A: 5×4 en sentadilla trasera, aumentando carga si las 4 repes salen limpias.
  • Día B: la misma estructura de 5 sets con la serie de 20 al final; en la serie de 20 intenta añadir 2–5 libras respecto a la semana anterior si completaste las repes sin comprometer la técnica.
  • Introduce sentadilla frontal en el Día B o en un día adicional ligero para reforzar cuádriceps.

Semanas 5–6 (intensificación):

  • Día A: 3–4 series de 3 repeticiones pesadas para trabajar fuerza máxima.
  • Día B: 4 sets moderados + 1 set x 20. Aquí mantenimiento de la serie larga con pequeña progresión semanal (objetivo +2–5 lb en la serie de 20 si procede).
  • Seguimiento de recuperación: reduce volumen accesorio si notas fatiga acumulada.

Semanas 7–8 (peaking y evaluación):

  • Semana 7: repetir semana 5 con ajuste de cargas. Semana 8: descarga y pruebas. La semana de descarga recorta 30–50% del volumen total para recuperar antes de evaluar desempeño o hacer un test puntual.
  • Opcional: realizar un test controlado de repes (ej. intentar un AMRAP con un peso fijo) únicamente si estás recuperado.

Progresiones

La regla más sencilla que aplico es la progresión absoluta en la serie de 20: intentar añadir 2–5 libras por semana cuando completes las 20 repeticiones con técnica. Es una progresión lenta pero muy efectiva porque mejora la capacidad metabólica y la tolerancia a volumen sin necesidad de subir exponencialmente la carga total de entrenamiento.

En la parte de fuerza utilizo subidas por bloques: cuando completas todas las repeticiones planificadas sin fallo neuromuscular, aumentas peso en el siguiente bloque (por ejemplo, +2–5% en la siguiente microciclo). Si fallas repeticiones de forma recurrente, mantén la carga y prioriza técnica y profundidad.

Para atletas avanzados la progresión puede volverse ondulante: semanas con mayor énfasis en fuerza seguidas de semanas de alto volumen. Para noveles y intermedios recomiendo una progresión lineal más simple: subir peso cuando las repeticiones previstas sean alcanzadas consistentemente en dos semanas consecutivas.

Errores comunes

No bajar por debajo del paralelo en cada repetición. Muchas rutinas de alto volumen pierden eficacia si no se cumple la profundidad mínima: la señal hipertrófica se altera y el gesto técnico se degrada. Si no consigues profundidad con la carga prevista, reduce el peso y prioriza técnica.

Ignorar el balance entre fuerza máxima y volumen. Algunos entrenadores apuestan solo por series largas; otros por 1–5 repes. Yo combino ambos. Excesos en cualquiera de los extremos suelen traducirse en estancamiento: demasiado volumen sin fuerza reduce la capacidad de progresar en cargas, y demasiada fuerza sin volumen limita la hipertrofia metabólica.

Olvidar los accesorios y la frecuencia. Las pantorrillas y femorales responden peor y requieren estímulos específicos y repetidos. Ejecutar accesorios de forma esporádica o con mala técnica ofrece poco retorno; repartir trabajo específico tres veces por semana, con distintos rangos de repeticiones, suele funcionar mejor.

Seguridad básica

La seguridad gira en torno a tres ejes: técnica, recuperación y adaptación de cargas. Técnica: exige mantener el torso firme, respiración en apnea controlada para estabilidad y rodillas en línea con los pies. Si tienes dolor persistente en hombros o codos por presses o agarres, adapta el agarre o utiliza variantes de banda o mancuernas para evitar tensiones innecesarias.

Recuperación: respeta los días de descanso y ajusta el volumen semanal si aparece fatiga crónica. Una recomendación práctica es alternar semanas con mayor y menor volumen; la semana de descarga al final de un ciclo de 6–8 semanas protege frente a sobreentrenamiento y facilita las ganancias.

Adaptación de cargas: no persigas números por encima de tu técnica. Si el objetivo es completar una serie de 20 litera con buena forma, reduce peso hasta que lo logres. Para test puntuales (rep max o “challenges”) reserva días aislados y no los combines con picos de volumen en la misma semana.

Preguntas frecuentes

¿Las series de 20 son imprescindibles para masa?

No son imprescindibles, pero son una herramienta potente. Funcionan como estímulo metabólico y de resistencia muscular; incorporadas una vez por semana pueden acelerar la hipertrofia si se combinan con trabajo de fuerza.

Si no toleras las series largas, reemplázalas por mayor volumen en rangos de 8–12 repeticiones distribuidas en más series. Lo importante es la tensión mecánica acumulada y la progresión en carga o volumen.

Considera también la recuperación: una serie de 20 bien ejecutada provoca fatiga significativa. Si compromete el resto de la semana, reduce su frecuencia o carga.

¿Cuánto peso debo añadir semana a semana?

Para la serie de 20 recomiendo incrementos pequeños y constantes: 2–5 libras por semana si la serie se completa con técnica. Para la fuerza máxima, incrementos por bloques (2–5% del peso) son más apropiados.

No existe una regla universal: sube más despacio si tu técnica se degrada o si acumulas fatiga. La constancia es más valiosa que aumentos bruscos que provocan estancamiento o lesión.

Registra siempre tus repes y sensaciones; esos datos son los que dictan si subir o mantener carga.

¿Con qué frecuencia debo entrenar pantorrillas y femorales?

Los trabajos de pantorrilla y femoral deben ser frecuentes y variados: tres sesiones semanales con distintos rangos (fuerza, hipertrofia, resistencia) es una estrategia válida. La genética influye, pero la frecuencia y la variedad aumentan la respuesta.

Combínalos con sentadillas y deadlifts ligeros para integrar patrones y evitar desequilibrios. Ejercicios multiarticulares y trabajo concentrado con series de 8–15 repeticiones funcionan bien.

Si pierdes la conexión neuromuscular, reduce carga y prioriza la técnica y el rango completo de movimiento hasta recuperar control.

¿Es peligroso hacer “challenges” de repeticiones altas?

Tienen riesgo si no están planificados. Un test extremo —hacer repeticiones hasta el fallo con mucho peso— exige estar recuperado y tener una técnica sólida. Úsalo como evaluación puntual, no como práctica regular.

Si decides probarlo, organiza el resto de la semana en torno a esa prueba: descarga días previos, evita sesiones pesadas el mismo día y controla asistencia técnica (cinturón, spotter) para seguridad.

El valor principal es diagnóstico y mental: revela tolerancia al volumen y resistencia, pero no debe substituir la programación progresiva y bien planificada.

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Diego Lozano

Diego Lozano es analista deportivo con foco en fútbol, baloncesto, ciclismo y running. Su fortaleza está en la previa táctica y el análisis de patrones: rachas, estados de forma, duelos clave y ajustes de entrenador. Emplea métricas avanzadas sin perder claridad narrativa, ofreciendo onces probables, matchups y escenarios de partido. En atletismo y ciclismo estructura planes de entrenamiento por objetivos, con progresiones seguras y control de carga. Dirige coberturas de grandes citas (ligas, copas, tours) y coordina el minuto a minuto con piezas de contexto. Su promesa al lector: menos humo, más pizarra y decisiones informadas, tanto para disfrutar del juego como para optimizar el propio rendimiento.

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