Receta: Salmón al Horno con Mantequilla y Hierbas

Receta rápida y sabrosa de salmón al horno: mantequilla, eneldo y limón para un plato jugoso en 20 minutos. Técnicas, variantes y conservación explicadas paso a paso.

Tiempo: Preparación 5 minutos · Cocción 15 minutos · Listo en 20 minutos

Raciones: 4

Calorías (por ración): 344 kcal

Esta versión de salmón al horno con mantequilla y hierbas es una receta rápida y elegante que preparo con frecuencia cuando quiero algo sabroso sin complicaciones. El proceso es simple: la mantequilla aromatizada con eneldo se funde en la fuente, el pescado se asa unos minutos con piel para facilitar el despegue y se termina para que el lado expuesto absorba la mantequilla y los sabores. En cada plato busco equilibrio entre grasa, acidez y hierbas frescas; aquí lo consigues en menos de 20 minutos.

Por qué funciona esta receta y cómo sacar el máximo partido

Me gusta cocinar salmón de forma directa: el calor alto del horno sella sus jugos y concentra el sabor sin necesidad de técnicas complicadas. En esta receta trabajo con tres elementos clave: una grasa neutra y fragante (mantequilla), hierbas frescas que aportan aroma y una nota ácida al final. La mantequilla transmite sabor y lleva las hierbas hasta el pescado; el eneldo y el perejil refuerzan el carácter del salmón sin taparlo. Añadir limón al final da el contrapunto necesario para que el plato no resulte pesado.

El método con piel aporta dos ventajas prácticas. Primero, permite asar el salmón con la piel hacia arriba durante unos minutos, lo que facilita separarla a posteriori sin necesidad de desespinar en crudo. Segundo, la piel protege la carne del calor directo y ayuda a obtener una textura jugosa. En mi experiencia, con filetes de grosor medio a grueso (unos 160–180 g / 6 oz) los tiempos indicados dejan un interior tierno y homogéneo; si tus filetes son más finos reduce el tiempo final de cocción.

Trabajo siempre con el horno muy caliente: precalentar a 245 ºC (aprox. 475 ºF) permite que la mantequilla se funda y las hierbas chisporroteen rápidamente, concentrando sabores sin resecar el pescado. También es importante controlar visualmente: la carne debe verse opaca y desmenuzarse con facilidad al presionar ligeramente con un tenedor. Un último detalle que considero imprescindible es reservar la mantequilla líquida de la fuente para napar al servir; aporta desde la boca una intensidad y brillo que transforman el plato.

Como consejo práctico, tengo siempre a mano un cuchillo bien afilado: facilita retirar la piel una vez que ha recibido calor. Si la piel se resiste, devuelvo el pescado al horno 1–2 minutos más; normalmente entonces se despega sin esfuerzo. Otro truco que aplico cuando uso variantes de hierbas es modificar las cantidades: el eneldo destaca con salmón, pero si prefieres un perfil más verde y fresco subo el perejil o añado albahaca fresca al final para un aroma tipo pesto.

Ingredientes

Trabajo con cantidades pensadas para cuatro raciones, que además son útiles si quieres escalar la receta: se mantiene la proporción de grasa y hierbas para conseguir la textura deseada. Los ingredientes son sencillos y habituales en la despensa, lo que convierte esta receta en una solución rápida sin renunciar a un resultado refinado.

Lista de ingredientes (rinde 4 raciones):

  • 1/4 cup mantequilla sin sal
  • 3 cucharadas de eneldo fresco picado
  • 4 filetes de salmón con piel (cada uno aprox. 170 g / 6 oz; mejor si son gruesos)
  • Sal y pimienta negra recién molida, al gusto
  • 1 cucharadita de ajo picado
  • 1 cucharada de perejil fresco picado
  • Gajos de limón o ralladura de limón, para servir

Recomiendo usar mantequilla sin sal para controlar el punto de sal; las hierbas deben estar recién picadas para que liberen su aroma durante el breve asado. Si no tienes eneldo, puedes sustituirlo por más perejil o añadir hojas de albahaca finamente picadas al final para una variante con matiz herbal diferente. Siempre ajusto la sal al final, después de retirar la piel, para evitar resecar el pescado.

Preparación paso a paso

Antes de empezar me aseguro de que el horno esté bien precalentado a 245 ºC. Esta temperatura alta es la responsable de que la mantequilla burbujee y las hierbas se tuesten brevemente, lo que añade complejidad al sabor. Coloca la mantequilla en una fuente pequeña apta para horno y espolvorea el eneldo de forma uniforme antes de llevarla al horno.

Pasos numerados:

  1. Precalienta el horno a 245 ºC.
  2. Coloca la mantequilla en una fuente pequeña para asar y espolvorea el eneldo por encima. Mete la fuente en el horno hasta que la mantequilla se derrita y el eneldo empiece a chisporrotear, aproximadamente 4–5 minutos.
  3. Saca la fuente con cuidado y coloca los filetes de salmón con la piel hacia arriba. Devuélvelos al horno y asa 4 minutos.
  4. Retira la fuente y, con la ayuda de un utensilio, tira suavemente de la piel: debería separarse con facilidad; si no, deja 1–2 minutos más en el horno.
  5. Sazona el lado ahora sin piel con sal y pimienta; voltea los filetes para que el lado descubierto quede hacia abajo y sazona la parte superior. Esparce el ajo picado alrededor del salmón para que se mezcle con la mantequilla fundida.
  6. Regresa al horno y cocina hasta el punto de cocción deseado, normalmente otros 3–4 minutos para filetes de 6 oz si los prefieres jugosos.
  7. Saca la fuente, sirve los filetes y napálos con la mantequilla de la bandeja. Espolvorea el perejil y ofrece ralladura o gajos de limón para dar un golpe de acidez al gusto.

Al ejecutar estos pasos me concentro en tiempos y textura: el salmón no debe quedar seco. Si te gustan los filetes con textura más hecha, añade 1–2 minutos al último horneado, respetando los aumentos por el grosor. Napar con la mantequilla caliente justo al salir del horno garantiza brillo y sensación jugosa en cada bocado.

Consejos, variantes y conservación

En mis elaboraciones prefiero utilizar filetes de grosor uniforme; así la cocción es más predecible. Si tus filetes son más finos, reduce el tiempo final. Siempre recomiendo secar ligeramente la piel con papel absorbente antes de asar si buscas una textura más firme; en esta receta, sin embargo, la piel se mantiene para facilitar su retirada tras el breve asado.

Variantes sencillas para adaptar la receta: sustituye el eneldo por más perejil si te resulta más suave, o añade unas hojas de albahaca picada al final para un matiz fresco. Para una versión menos láctea puedes usar aceite de oliva en lugar de mantequilla: el perfil será distinto, más afrutado, y soportará igual de bien el calor alto. Si quieres un toque mediterráneo añade una pizca de ralladura de naranja en lugar de limón.

Conservación y recomendaciones prácticas: si te sobra salmón, guárdalo en un recipiente hermético en el frigorífico hasta 48 horas; se mantiene jugoso y se presta para ensaladas o bocadillos. No es recomendable congelar una vez cocinado si buscas textura óptima, pero en caso de hacerlo envuélvelo bien y consúmelo en 1–2 meses. Para recalentar, hazlo suavemente en el horno a baja temperatura o al vapor para preservar humedad.

Errores comunes que evito: cocinar demasiado tiempo, añadir limón antes de hornear (se pierde el contraste ácido fresco) o salar en exceso antes de retirar la piel. Un último consejo de oficio: guarda siempre la mantequilla de la fuente y úsala caliente al servir; potencia el sabor y mejora la experiencia en boca.

Información nutricional

La receta ofrece una porción equilibrada de proteínas y grasas saludables. A continuación incluyo la tabla nutricional por ración tal como figura en el recetario original que manejé, para que valores mejor el plato dentro de tu dieta.

Concepto Por ración
Calorías 344 kcal
Grasas 25 g (Saturadas 9 g)
Colesterol 109 mg
Sodio 64 mg
Potasio 694 mg
Proteína 28 g
Vit. A 510 IU
Vit. C 1.7 mg
Calcio 23 mg
Hierro 1.1 mg

Estos valores son estimaciones. Ajusta las cantidades de mantequilla o añade verduras asadas para variar el perfil calórico y nutricional.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo debo cocinar el salmón si mis filetes son más finos? Para filetes más delgados (menos de 1,5 cm) reduce el tiempo final a 1–2 minutos; controla la opacidad y la textura con el tenedor. Es mejor probar antes de añadir tiempo extra.

¿Cómo sé si el salmón está en su punto? El punto ideal aparece cuando la carne se vuelve opaca y se separa en láminas con un ligero apretón. Si lo prefieres más hecho, añade 1–2 minutos en función del grosor; evita cocinarlo en exceso para no resecarlo.

¿Puedo usar salmón congelado? Sí, pero descongélalo completamente y sécalo antes de asarlo: la presencia de agua altera la caramelización y puede enfriar la mantequilla. Si usas congelado, deja que alcance temperatura ambiente unos 15 minutos antes de hornear.

¿Es posible sustituir la mantequilla por aceite? Sí: el aceite de oliva virgen extra funciona bien y produce un perfil más ligero y afrutado. Sin embargo, la mantequilla aporta brillo y una textura cremosa característica; si la sustituyes, añade limón al final para equilibrar.

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Lucia Gomez

Lucía Gomez es cocinera doméstica avanzada y redactora gastronómica centrada en cocina accesible: rápidas, saludables, repostería y batch cooking. Su metodología prioriza ingredientes asequibles, técnicas replicables y tiempos verificados en cocina real. Cada receta incluye lista de ingredientes clara, pasos numerados, variantes por alergias o preferencias y consejos de presentación sin artificios. Lucía dirige la línea editorial de fichas “smart” con tarjeta de información (porciones, tiempos, conservación) y tablas de nutrición aproximada. Apuesta por la recuperación de recetas tradicionales con enfoques modernos (airfryer, olla lenta) y por minimizar desperdicio con reaprovechamientos. Su comunidad valora su tono cercano, los resultados consistentes y su obsesión por testear medidas y horneados para evitar errores comunes.

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