Soy Sergio, especialista en motor. En esta guía desgloso lo esencial del Bentley Flying Spur 2025: sus cifras, la experiencia de uso, costes reales y los puntos que conviene vigilar antes de decidir. Me centro en datos comprobables y en recomendaciones prácticas basadas en la configuración W‑12 y el equipamiento que Bentley ha mantenido como señas de identidad.
Ficha técnica condensada
Prestaciones y tren motriz
Motor y transmisión: 6,0 litros W‑12 biturbo combinado con una caja automática de doble embrague de 8 relaciones. Es la configuración que determina gran parte del carácter del coche: entrega lineal, gran empuje desde bajas vueltas y un sonido con presencia cuando se solicita.
Potencia y par: 626 CV y 664 lb‑ft de par. En la práctica, eso se traduce en reacciones inmediatas al acelerador y capacidad para mover los 2.438 kg de masa con aplomo.
Aceleración y velocidad: 0–60 mph en 3,7 s (aprox. 0–100 km/h en torno a 3,9 s) y velocidad punta de 207 mph (≈333 km/h). Son cifras de superdeportivo aplicadas a una berlina gran turismo de lujo.
Chasis, peso y construcción
Carrocería y chasis: estructura de aluminio con paneles conformados mediante el proceso «Superforming», que calienta el metal por encima de 500 °C para lograr las formas pronunciadas y los pliegues de la carrocería.
Masa y dimensiones: peso en vacío cercano a 2.438 kg (5.373 lb) con una batalla generosa (125,75 pulgadas). Esa masa condiciona sensaciones, consumo y requisitos de frenada, pero aporta presencia y estabilidad a alta velocidad.
Sistemas de control: tracción total con reparto variable (predomina el modo trasero en condiciones normales), suspensión adaptativa con cámaras de aire de tres cámaras y barras estabilizadoras activas a 48 V, dirección en las cuatro ruedas y vectorización de par.
Equipamiento y lujo interior
Materiales y ajuste: piel acolchada, madera trabajada a mano y elementos de aluminio mecanizado. Controles con recorrido y resistencia calculados para transmitir una sensación de solidez y precisión.
Interfaz y confort: pantalla rotativa central que alterna entre un panel de 12,3″ HD, tres relojes analógicos o una superficie de madera lisa; asientos calefactados, ventilados, con múltiples ajustes y programas de masaje; control trasero mediante pantalla o mando extraíble.
Extras de categoría: equipo de sonido Naim de 19 altavoces, nevera para botella y numerosas posibilidades de personalización a través de Mulliner, además de una paleta estándar de 17 colores y opciones a medida.
Pros y contras
Fortalezas que justifican la compra
La combinación de motor W‑12, chasis rígido y suspensión adaptativa sitúa al Flying Spur en un raro punto medio: es capaz de aceleraciones propias de deportivos sin renunciar a una marcha extraordinariamente silenciosa y confortable. Esa dualidad es su principal argumento de venta.
El nivel de terminación interior es otro pilar. Componentes fresados, botones tallados en madera y ajustes robustos generan una sensación de objeto de lujo pensado para durar. No es solo apariencia: la ergonomía y los sistemas (pantalla rotatoria, asientos con múltiples ayudas) están orientados a la experiencia.
En dinámica, la suma de dirección en las cuatro ruedas, barras estabilizadoras activas y suspensión de aire consigue que un coche de más de dos toneladas y media sea sorprendentemente ágil en carreteras reviradas y estable en autopista. Eso abre posibilidades tanto para quien conduce como para quien viaja atrás.
Puntos débiles y compromisos
El principal inconveniente es el consumo inherente a un V12 biturbo de gran cilindrada. No existe milagro: el W‑12 exige gasolina de alta calidad y un gasto de combustible elevado en uso mixto o urbano, algo a prever en el coste operativo.
El tamaño y el peso penalizan en maniobrabilidad en entornos estrechos y en estacionamiento. Aunque la tecnología atenúa estas limitaciones, sigue siendo un coche voluminoso cuyo disfrute pleno requiere espacio y una logística acorde.
El precio de acceso y la lista de opciones son otro hándicap. La tarifa base es de carácter exclusivo, y personalizaciones o paquetes pueden multiplicar la factura con rapidez. No es un coche para quien busca una compra racional en términos estricos de coste por km.
Consumo, autonomía y costes de uso
Consumo y autonomía práctica
No hay cifras oficiales de consumo en el texto base más allá de la configuración W‑12, pero en condiciones reales se debe esperar un consumo elevado. El comportamiento del W‑12 favorece el par desde bajas revoluciones, lo que sí puede mejorar la eficiencia en repliegues elevados del pedal, aunque apenas compensa en ciudad.
En viajes por autopista, la aerodinámica y la masa contribuyen a un consumo algo más eficiente que en tráfico confinado, pero la diferencia no será dramática. La autonomía final dependerá del tamaño del depósito —no indicado en la ficha aquí— y del uso: conducción suave en largas etapas ofrecerá saltos notables de autonomía respecto a ciclos urbanos exigentes.
Mi recomendación práctica es planificar repostajes en función del tipo de uso: menos preocupaciones en tramos largos a ritmo moderado; mayor frecuencia en entornos urbanos o en conducción deportiva, donde el gasto asciende rápidamente.
Costes de mantenimiento y uso
El mantenimiento de un motor W‑12 y de sistemas complejos (suspensión de tres cámaras, dirección trasera, transmisión DCT) exige piezas y mano de obra especializadas. Los intervalos de servicio pueden incluir trabajos costosos y repuestos de alto precio por estar orientados a modelo de lujo.
Seguro y tasas de circulación también se sitúan en tramos superiores por cilindrada, potencia y valor del vehículo. Aunque no doy cifras concretas, hay que considerar primas más altas y requisitos de seguro que reflejen el valor del coche.
Otro coste a prever son las actualizaciones y reparaciones de equipamiento tecnológico y elementos de acabado. Revestimientos de madera, tapicerías y componentes exclusivos suelen exigir tratamientos específicos y talleres autorizados para mantener la garantía y el acabado original.
Consejos para reducir el gasto operativo
Adoptar una conducción previsora y usar modos de conducción orientados al ahorro en ciudad reduce consumos innecesarios. Aprovechar marchas largas en carretera y evitar aceleraciones repetidas minimiza el consumo en viajes largos.
Planificar el mantenimiento en talleres especializados con experiencia en la marca ayuda a evitar reparaciones derivadas de diagnósticos inadecuados. Además, negociar paquetes de mantenimiento al adquirir el vehículo suele ser una buena medida para acotar costes imprevistos.
En lo relativo a garantías y puesta a punto, optar por servicios oficiales cuando haya componentes electrónicos o de suspensión compleja me parece recomendable: a medio plazo suelen ahorrar dinero frente a reparaciones inadecuadas fuera de concesionario.
Rivales y para quién es
Competidores directos
En precio y posicionamiento el Flying Spur compite con modelos de alta gama que ofrecen alternativas entre confort y lujo extremo. Referencias relevantes en la comparación son el Mercedes‑Maybach S 650, el Rolls‑Royce Ghost y el Porsche Panamera Executive Turbo, cada uno con enfoques distintos en lujo, deportividad o sobriedad.
El Maybach prioriza un lujo orientado a la comodidad del pasajero trasero y soluciones tecnológicas Mercedes, mientras que el Ghost eleva la exclusividad y la personalización a niveles aún más artesanales. El Panamera Executive juega la baza deportiva manteniendo un nivel de confort elevado, con una puesta a punto más centrada en la dinámica de conducción.
El Flying Spur se sitúa en un punto intermedio: ofrece la artesanía y la sensación de objeto de lujo, pero mantiene unas prestaciones dinámicas que lo acercan más a las berlinas deportivas de gran cilindrada que a los sedanes estrictamente orientados al transporte de VIPs.
Perfil de comprador: a quién va dirigido
Es un coche para quien desea un equilibrio entre presencia, potencia y calidad de materiales. Adecuado tanto para quien conduce como para quien viaja atrás, brilla en manos de usuarios que valoran la sofisticación mecánica y la capacidad de recorrer largas distancias en condiciones de máximo confort.
No es óptimo para compradores racionales preocupados por costes operativos mínimos ni para conductores que habitualmente circulan en entornos muy estrechos sin posibilidad de aparcamiento amplio. El comprador tipo aprecia la exclusividad, la personalización y la combinación de lujo y deportividad.
Si su objetivo es tener un vehículo que se sienta a la vez como salón y como misil de larga distancia, con presencia imponente y tecnología de primer nivel, el Flying Spur cumple esa promesa. Si lo que busca es economía o practicidad urbana extrema, habría que mirar otras alternativas.
Advertencias y seguridad
Seguridad activa y pasiva
El Flying Spur incorpora sistemas que ayudan a mitigar los retos derivados de su tamaño: suspensión adaptativa que anticipa irregularidades, barras estabilizadoras activas y dirección posterior. Esos elementos mejoran la estabilidad y reducen el rolido en curvas, mitigando los efectos negativos de una gran masa.
En términos de seguridad pasiva, la rigidez del chasis de aluminio y la construcción robusta son ventajas para protección en impacto. Sin embargo, el peso y las inercias requieren frenos y neumáticos a la altura: el mantenimiento adecuado de estos elementos es imprescindible para garantizar las prestaciones de seguridad.
Como ocurre con cualquier coche de altas prestaciones, la electrónica de asistencia es un apoyo pero no sustituye al conductor: prudencia en condiciones adversas y respeto de límites siguen siendo determinantes para evitar situaciones críticas.
Consejos prácticos de seguridad y uso
Por su longitud y anchura, conviene familiarizarse con los puntos ciegos y practicar maniobras en zonas amplias antes de afrontar calles estrechas o garajes ajustados. La dirección trasera y las cámaras ayudan, pero no eliminan la necesidad de planificación en maniobras complicadas.
En conducción deportiva puntual, recordar que el peso actúa sobre la física del coche: entradas de curva más suaves y una trazada anticipada reducen la necesidad de correcciones bruscas y protegen tanto la mecánica como a los ocupantes.
Mantener los sistemas electrónicos y de suspensión al día, con revisiones periódicas en servicio autorizado, es una medida preventiva que mejora la fiabilidad y la seguridad a largo plazo.
Preguntas frecuentes
¿Qué sensaciones ofrece el W‑12 en el uso diario?
El W‑12 ofrece una entrega de par muy llena desde bajas revoluciones, lo que facilita la conducción relajada en ciudad y una respuesta contundente cuando se exige. Esa dualidad permite transitar cómodamente por autopista con un empuje constante y sin necesidad de llevar el régimen alto del motor.
No obstante, su consumo en tráfico urbano será elevado; por ello conviene reservar la conducción más intensa para carreteras abiertas donde el motor trabaja de forma más eficiente.
En resumen: confort y empuje, sacrificando economía cuando se conduce con alegría en entornos urbanos.
¿Es viable como coche para conductor y pasajero a la vez?
Sí. El Flying Spur está pensado tanto para quien conduce como para quien viaja atrás. La ergonomía y los ajustes del asiento, junto con los controles traseros y el equipamiento, lo hacen idóneo para ambos usos. La postura de conducción es satisfactoria y permite disfrutar del rendimiento sin renunciar al confort.
Si su prioridad absoluta fuese el transporte del ocupante trasero sin concesiones, alternativas como limusinas específicas ofrecerían más espacio, pero la combinación actual resulta muy equilibrada.
En pocas palabras: es una opción válida para quien valora conducir y ser conducido en un mismo vehículo.
¿Cómo afecta el tamaño a la vida diaria?
El tamaño se aprecia al aparcar y en calles estrechas. Aunque la dirección trasera y las cámaras hacen la maniobra más sencilla, sigue siendo aconsejable comprobar medidas de aparcamiento y, si es posible, optar por plazas amplias o garaje propio.
En desplazamientos largos el tamaño se olvida: la estabilidad y la insonorización convierten los trayectos en algo placentero. El compromiso es logístico más que dinámico.
Si su entorno habitual es una ciudad compacta con aparcamientos limitados, hay que evaluar la compatibilidad antes de comprar.
¿Qué opciones de personalización conviene priorizar?
Priorice aquello que afecte a la experiencia diaria: ajustes de asientos, climatización trasera, sistemas de asistencia y la selección de opciones de insonorización o acabado interior de mayor calidad. Personalizaciones estéticas también aportan valor, pero no mejoran la usabilidad.
Si el coche va a pasar muchas horas en carretera, invertir en asientos con mejores reglajes y en un sistema de climatización potente suele ser la mejor relación coste‑utilidad.
Para clientes que buscan exclusividad, Mulliner ofrece acabados únicos; pero recuerde que cada capricho aumenta la factura y puede encarecer futuras reparaciones.
¿Es sostenible optar por un W‑12 hoy?
El W‑12 representa hoy una opción orientada al rendimiento y al lujo más que a la eficiencia. Si la prioridad es minimizar la huella y los costes de combustible, existen alternativas híbridas o electrificadas más eficientes. Si la elección responde a criterios de experiencia de conducción y estatus, el W‑12 sigue siendo una alternativa convincente.
Valore su uso habitual, coste operativo y objetivos personales antes de decidir: la sostenibilidad no es sólo tecnología, también es coherencia con el uso real del vehículo.
Si busca que le acompañe en la toma de decisión, en mi experiencia priorizar la ergonomía, el mantenimiento programado y una configuración que responda al tipo de uso le evitará sorpresas posteriores.







