La versión en brocheta de la clásica ensalada Caprese es una solución rápida y brillante para comidas a la parrilla: pollo jugoso, tomates cherry y mozzarella fresca rematados con pesto casero y un glaseado balsámico dulce y concentrado. En pocas manos convierto estos sabores en un plato veraniego que funciona como entrante, tapa o plato principal informal.
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Ficha de la receta
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Raciones: 5
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Preparación: 20 minutos
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Cocción: 10 minutos (aprox.)
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Listo en: 30 minutos
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Calorías por ración: 517 kcal
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Ingredientes
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Qué necesitas y por qué
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He estructurado la lista para que la compra sea directa y la mise en place rápida. La receta original utiliza pechugas de pollo deshuesadas y sin piel en torno a 1 3/4 libras; para adaptarlo a medidas europeas utilizo aproximadamente 800 g de pechuga, que es suficiente para 5 raciones cuando se corta en dados. Los tomates cherry aportan acidez y jugosidad con el mínimo trabajo: 450 g son la cantidad ideal para que cada brocheta tenga contraste.
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El queso aporta la textura cremosa característica de la Caprese: un paquete de mozzarella de 225–250 g (8 oz) es perfecto para ensartar bolitas en los extremos de cada brocheta. Para la grasa y el brillo de la cocción, uso 15 ml (1 cucharada) de aceite de oliva para pincelar y 80 ml (1/3 de taza) en el pesto casero. Las grasas y el queso hacen que la ración tenga un aporte calórico notable (517 kcal por ración), pero también garantizan saciedad y sabor.
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El pesto se compone de ingredientes sencillos que marcan la diferencia: 40 g de hojas de albahaca ligeramente prensadas, 3 cucharadas de parmesano rallado, 2 cucharadas de piñones o nueces troceadas, 1 diente de ajo grande (picado; equivale a ~1,5 cucharaditas) y 80 ml de aceite de oliva. Para el glaseado balsámico indico 3 cucharadas (45 ml) o la alternativa de comprar la versión ya hecha. Sal y pimienta al gusto completan la lista: son fundamentales para elevar el pollo sin enmascarar la frescura del resto de ingredientes.
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- 800 g pechuga de pollo sin piel y sin hueso, cortada en dados
- 450 g tomates cherry o uva
- 1 cucharada (15 ml) aceite de oliva para pincelar + 1/3 taza (80 ml) para el pesto
- 1 paquete (aprox. 225–250 g) bolitas de mozzarella, escurridas
- Sal y pimienta negra recién molida
- 3 cucharadas (45 ml) glaseado balsámico (comprado o casero)
- Para el pesto: 40 g albahaca fresca, 3 cucharadas parmesano rallado, 2 cucharadas piñones o nueces, 1 diente de ajo grande (picado)
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Preparación paso a paso
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Antes de encender la parrilla
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Organizar la preparación es clave: corto el pollo en dados uniformes para que se hagan al mismo tiempo. Lo ideal son piezas de aproximadamente 2–3 cm; así se cocinan en 4–6 minutos por lado sin resecarse. Si uso brochetas de madera, las dejo en remojo al menos una hora —yo prefiero remojarlas toda la noche— para evitar que se quemen en la parrilla.
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Mientras corto, coloco los tomates y escurrir la mozzarella. La mozzarella de bolitas puede soltarse agua; un ligero secado con papel de cocina mejora la textura al montarla en la brocheta. Aprovecho también para preparar el pesto en un procesador: albahaca, parmesano, piñones o nueces y ajo, pulsando hasta obtener una textura homogénea y agregando el aceite de oliva en hilo con el motor en marcha.
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Condimento: apenas un pincelado de aceite y un punto de sal y pimienta sobre el pollo son suficientes si buscas que los sabores de la Caprese destaquen. Si prefieres más profundidad, una ligera mezcla de ajo en polvo, cebolla en polvo e hierbas italianas funciona bien; lo que no conviene es sobrecargar el pollo con sabores que compitan con la albahaca y el balsámico.
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Cocinado y montaje
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Caliento la parrilla a temperatura media-alta, aproximadamente 220 °C. En mi experiencia, una parrilla bien caliente sella el exterior y retiene los jugos; busca una superficie que permita marcar sin que el exterior se queme antes de que el pollo esté hecho. Si usas sartén de parrilla o plancha interior, el resultado es igualmente excelente.
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Monto las brochetas alternando pollo y tomates: en mi formato habitual coloco 4 piezas de pollo y 3 tomates por brocheta, dejando espacio para colocar una bolita de mozzarella en cada extremo una vez cocinadas. Pincelo ligeramente ambas caras con aceite de oliva y salpimiento justo antes de colocarlas sobre la parrilla.
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Cocino 4–6 minutos por lado, dependiendo del tamaño de los dados y del calor de tu parrilla. La forma más segura de comprobar el punto es con un termómetro: la temperatura interior debe alcanzar 74 °C. Si no tienes termómetro, corta una pieza gruesa y verifica que no haya color rosado en el centro y que los jugos salgan claros.
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- Si usas brochetas de madera, remójalas 1 hora o, idealmente, toda la noche.
- Precalienta la parrilla a unos 220 °C (medio-alto).
- Ensarta 4 dados de pollo y 3 tomates por brocheta; reserva las bolitas de mozzarella para después de la cocción.
- Pincela con 1 cucharada de aceite de oliva y sazona con sal y pimienta.
- Parrilla 4–6 minutos por lado hasta que el pollo alcance 74 °C en el centro.
- Mientras se cocinan, procesa albahaca, parmesano, piñones/nueces y ajo; incorpora el aceite en hilo hasta obtener un pesto homogéneo.
- Retira las brochetas, coloca una mozzarella en cada extremo, rocía con pesto y termina con un hilo de glaseado balsámico. Sirve templado.
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Notas, variantes y conservación
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Variantes de la receta y ajustes
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La receta admite cambios sencillos sin perder su esencia: pollo en sustitución por solomillo de ternera o lomo, siempre que los cortes estén en dados de tamaño similar para cocinar de forma uniforme. Si prefieres más grasa y sabor intenso, los muslos de pollo deshuesados funcionan muy bien; córtalos en piezas regulares para que no tarden más en hacerse que los tomates.
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Si buscas una opción más ligera, reduce la cantidad de aceite en el pesto y usa mozzarella baja en grasa; el glaseado balsámico es opcional, puedes sustituirlo por unas gotas de vinagre balsámico normal reducido o por una vinagreta ligera. Para un toque crujiente, tuesta ligeramente los piñones antes de incorporarlos al pesto; aportan aroma y complejidad.
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Para versiones sin frutos secos, sustituye piñones por semillas de girasol tostadas o prescinde de ellos; el pesto seguirá ligando bien con el parmesano y el ajo. Si la albahaca no está en su mejor momento, añade unas hojas de espinaca joven para completar volumen y color sin cambiar radicalmente el sabor.
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Conservación y recomendaciones prácticas
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Las brochetas se disfrutan mejor recién hechas; si te sobra, guarda el pollo y los tomates por separado de la mozzarella y el pesto para evitar que el queso se ablande y el pesto oxide. Guarda en un recipiente hermético en el frigorífico hasta 48 horas. Para recalentar, usa una parrilla o plancha a fuego medio para recuperar el marcado sin resecar la carne.
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El pesto se conserva bien en Nevera en un frasco tapado con una fina capa de aceite en la superficie durante 3–4 días; para congelar, distribuye en cubiteras y descongela por porciones. El glaseado balsámico casero aguanta varias semanas refrigerado en un tarro cerrado.
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Errores comunes a evitar: cocinar el pollo en piezas desiguales, no remojar brochetas de madera, y añadir la mozzarella antes de que las brochetas estén frías (se derretirá y perderá forma). Si sigues estos puntos, el resultado será jugoso, equilibrado y con la frescura típica de la Caprese.
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Tabla nutricional y consideraciones dietéticas
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Interpretación de los valores
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La receta original aporta por ración 517 kcal. Esto refleja la combinación de pollo, aceite, queso y frutos secos del pesto; son ingredientes con densidad energética que, sin embargo, ofrecen proteínas de alta calidad, grasas saludables y micronutrientes procedentes de la albahaca y el tomate.
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Si controlas la ingesta calórica, los ajustes más efectivos son moderar el aceite usado en el pesto y reducir la cantidad de mozzarella por brocheta. Sustituir piñones por nueces o reducir su cantidad también reduce calorías y grasas saturadas. Aun así, cada ración sigue siendo una opción completa y saciante para una comida principal.
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La tabla nutricional que sigue es la proporcionada para la receta (por ración). Ten en cuenta que son estimaciones; pequeñas variaciones en cantidades o marcas de ingredientes modifican los valores.
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| Calorías | 517 kcal |
|---|---|
| Grasas | 34 g (Saturadas 7 g) |
| Colesterol | 119 mg |
| Sodio | 269 mg |
| Potasio | 842 mg |
| Carbohidratos | 8 g (Fibra 1 g, Azúcares 4 g) |
| Proteínas | 35 g |
| Vitamina A | 1230 IU (≈25%) |
| Vitamina C | 15.7 mg (≈19%) |
| Calcio | 232 mg (≈23%) |
| Hierro | 1.3 mg (≈7%) |
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Preguntas frecuentes
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¿Puedo preparar las brochetas con antelación?
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Sí: puedes ensamblarlas con el pollo crudo y los tomates y mantenerlas en el frigorífico tapadas hasta 24 horas antes de asarlas. Si las dejas más tiempo, es mejor guardar los componentes por separado para preservar la textura.
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Si las preparas crudas y las refrigeras, sécalas ligeramente con papel antes de pincelar con aceite y asar; el exceso de humedad impide un buen marcado. Evita añadir la mozzarella hasta finalizar para que conserve su forma y frescura.
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Si buscas una preparación totalmente previa, cocina las brochetas, refrigera y termina con pesto y glaseado justo antes de servir para recuperar color y aroma.
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¿Se pueden hacer en el horno o en sartén?
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Absolutamente: en horno precalentado a 220 °C colócalas sobre una rejilla para que el aire caliente circule y giremos el tiempo estimado; en sartén de parrilla a fuego medio-alto obtendrás marcas y un buen dorado. Ajusta los tiempos para evitar resecar el pollo.
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En horno el sellado no será tan pronunciado como en parrilla, pero controlando el tiempo y dando un golpe final con el grill obtendrás un resultado muy similar. La clave es no sobrecocinar.
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En interior, asegúrate de que la sartén esté bien caliente y no amontones brochetas para que cada pieza reciba el calor necesario.
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¿Puedo sustituir el pesto por otra salsa?
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Sí, una vinagreta ligera de albahaca o un chimichurri suave encajan bien. Ten en cuenta que el pesto aporta cremosidad y parte de las calorías; si lo sustituimos por una salsa más ligera reduciremos notablemente la densidad energética de la ración.
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Una salsa de yogur con limón y hierbas ofrece frescura y menor aporte calórico, útil si cocinas para niños o buscas una opción ligera. Otra alternativa es simplemente unas hojas de albahaca fresca y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
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Evita salsas muy especiadas que compitan con la albahaca y el tomate; la delicadeza de la Caprese necesita acompañamientos que respeten sus notas frescas.
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¿Cómo compruebo que el pollo está en su punto sin termómetro?
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Si no tienes termómetro, corta la pieza más gruesa y observa el color interior: debe ser uniforme y sin tonos rosados. Los jugos que salgan debe ser claros. Esta comprobación visual, unida a tiempos de 4–6 minutos por lado con piezas uniformes, te dará confianza en el resultado.
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Un termómetro de cocina facilita mucho el proceso: 74 °C en el centro indica seguridad alimentaria y jugosidad. Si sueles cocinar a la parrilla con frecuencia, invertir en uno mejorará consistencia y evitará sobrecocción.
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Evita apretar las piezas con la espátula para comprobar la cocción: se escurren los jugos y puedes secar la carne innecesariamente. Corta con cuidado o usa el termómetro en las piezas más gruesas.
\n”,”excerpt”:”Brochetas de pollo Caprese: receta veraniega, sencilla y sabrosa con pesto casero y glaseado balsámico. Lista para parrilla o plancha, con consejos prácticos y conservación.”,”}







