Como amante de la gastronomía, busco recetas que funcionen para reuniones, comidas al aire libre o una cena familiar sin complicaciones. Esta ensalada de pasta italiana reúne sabores clásicos —salami, mozzarella, aceitunas, tomates y un aliño ácido y herbáceo— y resuelve el dilema de preparar algo sabroso que además aguante bien en la nevera. La receta que reescribo mantiene las cantidades originales y los trucos de textura que la convierten en un plato equilibrado: crujiente, cremoso y refrescante.
Receta: Ensalada de Pasta Italiana refrescante y deliciosa
Raciones: 12
Preparación: 30 minutos
Tiempo de cocción: 6 minutos
Listo en: 30 minutos
Calorías (por ración): 529 kcal
Ingredientes y por qué funcionan (mi enfoque)
Prefiero entender la función de cada ingrediente antes de empezar: la pasta actúa de soporte neutro, el salami aporta grasa y umami; los tomates y pimientos dan jugo y frescura; las aceitunas añaden salinidad y la mozzarella, cremosidad. Conocer esto facilita sustituir cosas sin perder el carácter italiano del plato.
Para esta versión sigo las cantidades originales porque garantizan el equilibrio entre carbohidrato, grasas y proteína: 16 oz de pasta para que haya suficiente base, 10 oz de salami para un aporte marcado de sabor, y la combinación de quesos para matizar la textura. Si reduces la receta, mantén la proporción de aderezo para que la ensalada no quede reseca.
Consejo práctico: corto las verduras pequeñas y uniformes para que cada cucharada lleve un poco de todo. Un corte irregular provoca bocados dominados por un solo sabor. Yo suelo tener listos los tomates y pimientos en recipientes separados mientras cuezo la pasta; agiliza el montaje y evita que el calor cocine las hortalizas.
A continuación están los ingredientes tal cual en la receta base, listados para su uso directo:
- 16 oz. dry rotini
- 10 oz. hard salami, sliced 1/4-inch thick then chopped
- 3 cups (16 oz.) grape tomatoes, halved
- 1 (6 oz.) can black olives, sliced
- 2 cups chopped bell peppers (yellow and green recommended)
- 1/2 cup chopped red onion
- 8 oz. fresh mozzarella pearls*
- 3 oz. freshly grated parmesan (about 3/4 cup)
- 1/2 cup chopped fresh parsley
- 1/3 cup chopped fresh basil
Dressing
- 1 cup olive oil
- 1/4 cup fresh lemon juice
- 1 tsp dried oregano
- 2 tsp dijon mustard
- 1 tsp honey
- 2 tsp minced garlic
- 1/2 tsp red pepper flakes (o al gusto)
- Sal y pimienta negra
Preparación: pasos claros y ordenados
Me gusta estructurar la preparación en bloques: cocción y enfriado de la pasta, picado de ingredientes, elaboración del aliño, y mezclado final. Así evitas prisas de última hora y consigues una textura perfecta. En mi cocina siempre dejo lista una taza pequeña con agua de la cocción; esa agua salva la emulsión del aliño si queda demasiado espeso.
Antes de empezar, pongo a hervir abundante agua con sal (yo uso 1 cucharada de sal por 5 litres de agua cuando cuezo para mucha cantidad). La pasta debe quedar justo al dente para no terminar blanda tras absorber el aderezo; personalmente la retiro 30 segundos antes de lo indicado en el paquete si quiero que mantenga firmeza tras el enfriado.
Organización: mientras la pasta hierve, pico los pimientos, corto los tomates por la mitad, ruedo el salami en cilindros y lo corto para obtener piezas irregulares pero consistentes; rallo el parmesano al momento para que aporte aroma. Esta simultaneidad reduce tiempo y mejora la integración de sabores.
- Cocer la pasta: Cocina la pasta según las instrucciones del paquete (aproximadamente 6 minutos hasta al dente). Reserva 1/2 cup de agua de cocción antes de escurrir.
- Enfriar la pasta: Extiende la pasta en una bandeja grande para que pierda temperatura en 15 minutos y no continúe cocinándose. Esto evita que se pase y que el aliño se diluya en exceso.
- Preparar ingredientes: Mientras la pasta se enfría, corta el salami, tomates, pimientos y cebolla. Ten la mozzarella, el parmesano, el perejil y la albahaca listos.
- Hacer el aliño: Bate el aceite con el zumo de limón, orégano, mostaza, miel, ajo y escamas de chile; salpimenta al gusto. Vuelve a batir antes de verter para que la emulsión sea homogénea.
- Mezclar en bol grande: Coloca la pasta fría en un bol grande; añade salami, tomates, aceitunas, pimientos, cebolla, mozzarella, parmesano y hierbas.
- Aliñar con agua de cocción: Vierte el aliño sobre la ensalada junto con 1/4 cup del agua de cocción reservada; mezcla bien para que la pasta absorba el sabor sin quedar seca. Añade más agua si necesitas afinar la textura.
- Ajustes finales: Prueba y rectifica de sal. Si el aliño resulta muy fuerte, incorpora un chorrito adicional de aceite o un poco más de agua de cocción para equilibrarlo.
- Reposo: Se puede servir inmediatamente, aunque un reposo en frío de 1 a 2 horas intensifica sabores. La receta aguanta bien hasta 3 días en nevera.
En mi experiencia, el reposo mejora la integración de hierbas y ajo; por ello suelo preparar esta ensalada con antelación cuando la llevo a reuniones. Si la vas a consumir en el día, deja la mozzarella para el último momento o mézclala con suavidad para que conserve su textura.
Notas prácticas, variantes y conservación
He probado varias adaptaciones y funcionan bien manteniendo la columna vertebral de la receta. Si prefieres un perfil más ahumado, cambia el salami por pepperoni; si buscas menos intensidad salina, reduce las aceitunas o enjuágalas antes de añadir. Yo adapto la cantidad de salami según el resto del menú: menos si habrá más proteínas en la mesa.
Algunas sustituciones que recomiendo y que empleo frecuentemente: cambiar la pasta por penne o fusilli (textura similar), sustituir la mozzarella por cubos de queso de bloque cuando no encuentro perlas, o usar 1 1/2 tsp de albahaca seca si no tienes fresca (mezclada en el aliño). Cuando recurro a vinagre de vino tinto en vez de limón, ajusto la miel para compensar la acidez.
Errores comunes y cómo evitarlos: cocinar la pasta de más, cortar ingredientes demasiado grandes o añadir el aliño sin testar. Para evitarlo, vigila la cocción, corta en dados pequeños y añade el aliño poco a poco, probando entre incorporaciones. Yo siempre dejo una pequeña porción sin aliñar para ajustar sabores al final.
Conservación: guarda la ensalada en un recipiente hermético en la nevera hasta 3 días. Si planeas llevarla, lleva el aliño en un pequeño frasco aparte y mezcla justo antes de servir para mantener más firme la textura. Si sobra, utilízala fría como base para un bowl añadiendo hojas verdes y una proteína a la plancha.
Tabla nutricional
La siguiente tabla resume los valores por ración según la receta original. Útil si controlas calorías o planificas menús.
| Concepto | Por ración |
|---|---|
| Calorías | 529 kcal |
| Grasas | 35 g (Saturadas 9 g) |
| Colesterol | 38 mg |
| Sodio | 1005 mg |
| Potasio | 413 mg |
| Hidratos de carbono | 36 g (Fibra 3 g, Azúcar 5 g) |
| Proteína | 18 g |
| Vitaminas | Vit. A 2063 IU, Vit. C 62 mg |
| Calcio | 216 mg |
| Hierro | 2 mg |
Nota: los valores son estimaciones por ración basadas en la receta y pueden variar según marcas y ajustes. En mi cocina, la elección de salami o el tipo de aceite suelen afectar especialmente al contenido de grasa y sodio.
Preguntas frecuentes (FAQ)
Comparto respuestas a las dudas que surgen con más frecuencia, con soluciones prácticas que yo aplico en la cocina.
¿Puedo usar otra pasta?
Sí. Fusilli, penne, gemelli o farfalle son alternativas óptimas porque su forma retiene bien el aliño y los trozos de ingredientes. Evita pastas demasiado finas, que pierden cuerpo al enfriarse.
¿Cómo evito que la ensalada quede blanda?
La clave está en cocer la pasta al dente y enfriarla extendida para cortar la cocción. Añadir el aliño con la pasta ya fría y usar parte del agua de cocción para ajustar la emulsión es mi técnica para mantener la jugosidad sin ablandar.
¿Se puede convertir en plato vegano?
Sí: sustituye el salami por dados de tofu marinado o seitán y cambia los quesos por alternativas vegetales. Ajusta la sal y las hierbas para compensar la falta de umami del salami original.
¿Cómo hago para que la ensalada quede más ligera?
Utiliza menos salami, más verduras frescas y un aceite de menor intensidad; puedes reducir la cantidad de aceite del aliño y compensar el sabor con más limón y hierbas. Yo reduzco el aceite en 20–30% cuando busco una versión menos calórica.
¿Puedo prepararla con antelación?
Sí. De hecho, mejora si reposa 1–2 horas en frío. Para conservar textura, refrigera hasta 3 días y, si es posible, transporta el aliño aparte y mezcla poco antes de servir.







