Receta: Espagueti con Bacon, Tomate y Espinacas Cremoso

Espagueti cremoso que combina la técnica de la carbonara con bacon, tomates y espinacas; receta detallada, pasos claros, variantes y tabla nutricional para preparar un plato sabroso y equilibrado en 35 minutos.

Me gusta transformar platos sencillos en comidas redondas y reconfortantes; este espagueti con bacon, tomate y espinacas es uno de esos casos. Toma la lógica de una carbonara—huevo y queso que crean una salsa sedosa—y le suma el aporte fresco del tomate y la textura de las hojas verdes. En casa lo sirvo cuando quiero algo rápido pero con profundidad de sabor.

Ficha de la receta

Raciones: 5

Preparación: 15 minutos

Cocción: 20 minutos

Tiempo total: 35 minutos

Calorías por ración: 541 kcal

Imagen: no incluida en esta versión.

Ingredientes

Para que el plato funcione hay que respetar cantidades y calidad de los ingredientes principales: la pasta, los huevos y el queso actúan como base de la salsa; el bacon aporta grasa y sabor; las verduras equilibran el conjunto. Reúno todo lo esencial a continuación en el mismo orden en que se usan.

  • 10 oz. dry spaghetti
  • 2 large eggs
  • 1/4 cup heavy cream
  • 1/2 cup slightly packed finely shredded parmesan cheese, plus more for serving
  • Salt and freshly ground black pepper
  • 8 oz. bacon, diced
  • 1 cup finely chopped yellow onion (1 small)
  • 1 lb (3 cups) grape or cherry tomatoes, halved
  • 1 Tbsp minced garlic (≈3 cloves)
  • 6 oz. baby spinach, rinsed and drained
  • 1/4 cup torn fresh basil leaves

Algunos matices sobre los ingredientes: el bacon conviene cortarlo en dados de tamaño uniforme para que se fría a la vez; el parmesano debe estar recién rallado cuando sea posible, eso mejora la textura de la salsa. Para la crema, 1/4 de taza es suficiente para ayudar a ligar sin enmascarar el queso y los huevos.

Si tu paquete de espagueti indica tiempos de cocción ligeramente distintos, sigue la referencia del fabricante para lograr un punto al dente. El ajo y la cebolla se incorporan antes que la espinaca y los tomates para desarrollar una base sabrosa; las hojas verdes apenas necesitan tiempo para reducirse y conservar color y nutrientes.

Preparación paso a paso

Antes de empezar, preparo la mezcla de huevos y queso: esto es clave, porque la velocidad y la temperatura con que se incorporen al pasta caliente determinan si la salsa queda sedosa o se convierten en huevo revuelto. Tendrás la totalidad del proceso en pasos numerados claros, seguidos de consejos prácticos para cada fase.

  1. Llena una olla grande con agua, sala y llévala a ebullición para cocinar el espagueti.
  2. En un bol pequeño bate los 2 huevos con 1 cucharadita de pimienta hasta homogeneizar. Añade la crema y 1/2 taza de parmesano rallado; reserva.
  3. En una sartén amplia (12 pulgadas / 30 cm) fríe el bacon a fuego medio-alto, removiendo hasta que esté justo crujiente, unos 5–7 minutos. Saca el bacon y deja aproximadamente 2 cucharadas de grasa en la sartén.
  4. Añade la cebolla al fondo con la grasa del bacon y sofríe hasta que esté tierna, alrededor de 5 minutos. Incorpora los tomates y el ajo, cocina 1 minuto más. Añade la espinaca, tapa y cocina removiendo ocasionalmente hasta que empiece a marchitarse, unos 2 minutos.
  5. Mientras tanto cuece el espagueti al dente según las indicaciones del paquete. Antes de colarlo reserva 1/2 taza del agua de cocción caliente.
  6. Con un tenedor o varilla, vierte lentamente esa 1/2 taza de agua caliente en la mezcla de huevos, batiendo constantemente para temperarla.
  7. Vuelca la pasta escurrida en la olla vacía a fuego medio-bajo. Añade la mezcla de huevo y remueve continuamente hasta que la salsa espese ligeramente, aproximadamente 1 minuto.
  8. Incorpora la mezcla de tomate y espinaca y el bacon; cocina y mezcla hasta que la salsa cubra la pasta, cerca de 1 minuto más. Ajusta de sal y añade la mitad de la albahaca.
  9. Sirve caliente con el resto de albahaca y más parmesano al gusto.

Consejos prácticos durante la ejecución: al temperar los huevos evito añadir más de la 1/2 taza prevista; si la mezcla queda demasiado líquida, añade un poco más de queso rallado en lugar de agua. Mantén el fuego medio-bajo al devolver la pasta a la olla: el calor excesivo cocina demasiado rápido los huevos.

Si la salsa parece quedarse corta de emulsionado, incorpora cucharadas pequeñas del agua de cocción hasta lograr la textura deseada. Y vigila la sal: el bacon y el parmesano ya aportan salinidad significativa; es más seguro ajustar al final.

Notas, variantes y conservación

Este plato admite alternativas sencillas sin perder su carácter: puedo añadir pollo a la plancha para una variante más proteica, o sustituir la espinaca por espárragos blanqueados si busco una textura distinta. Sin embargo, tengo algunas reglas que no modifico: no escatimar en bacon y respetar la técnica de la carbonara para que la salsa quede cremosa.

Variantes prácticas:

  • Pollo: añade tiras de pechuga asada al final para convertirlo en plato único con más proteína.
  • Verduras: espárragos blanqueados o acelgas reemplazan a la espinaca, ajustando el tiempo de cocción de las verduras según su textura.
  • Queso: mezcla parmesano con pecorino en proporción 3:2 si buscas un perfil más intenso (siempre que lo tengas disponible).

Conservación y recalentado: guarda las sobras en un recipiente hermético en el frigorífico hasta 48 horas; al recalentar añade una cucharada de agua caliente o un chorrito de leche y mezcla a fuego bajo para recuperar la cremosidad sin resecar la pasta. Evita recalentar en microondas a máxima potencia sin añadir líquido, ya que la salsa puede separarse y los huevos cuajarán en exceso.

Errores comunes y cómo evitarlos: cocinar la mezcla de huevo directamente sobre fuego alto provoca que se formen grumos; para evitarlo tempera y trabaja siempre con calor moderado. Otro fallo habitual es colar la pasta sin reservar agua: ese líquido con almidón es la llave para emulsionar la salsa correctamente.

Tabla nutricional (por ración)

A continuación reproduzco los valores estimados por ración, tal y como aparecen en la receta original. Son aproximados y orientativos.

Concepto Por ración
Calorías 541 kcal
Grasas 27 g (Saturadas 11 g)
Colesterol 126 mg
Sodio 505 mg
Potasio 709 mg
Carbohidratos 51 g (Fibra 4 g, Azúcar 5 g)
Proteína 17 g
Vitamina A 4365 IU
Vitamina C 24.9 mg
Calcio 189 mg
Hierro 2.6 mg

Interpretación breve: es un plato con aporte calórico moderado-alto por la presencia de bacon, huevos y queso; las verduras elevan el contenido de vitaminas y fibra. Si buscas reducir calorías, puedes bajar la cantidad de bacon o sustituir la crema por una versión ligera, pero ten en cuenta que esto afecta la textura final.

Preguntas frecuentes

¿Puedo omitir la crema?

Sí, la crema no es imprescindible: su función es ayudar a ligar la salsa. Si la omites, compensa con un poco más de queso y controla el agua de cocción para lograr la textura cremosa. Tempera igualmente los huevos antes de incorporarlos.

¿Se puede preparar con anticipación?

Parcialmente: puedes cocinar el bacon y preparar la mezcla de tomate y espinaca con antelación, pero no mezcles la salsa de huevo con la pasta hasta el momento de servir; los huevos pueden cuajarse y la textura cambiaría. Guarda las partes por separado en frío hasta 24–48 horas.

¿Cómo evitar que los huevos se cuajen?

Controla el calor: trabaja a medio-bajo y remueve constantemente tras añadir la mezcla de huevo. Temperar los huevos con agua caliente de la pasta antes de incorporarlos reduce el choque térmico y evita que se formen grumos.

¿Puedo cambiar el bacon por panceta o jamón?

La panceta es un sustituto natural y aporta un sabor similar; con jamón la textura y la salinidad cambian, por lo que conviene ajustar la sal final. Mantén la grasa suficiente en la sartén para cocinar la cebolla y los tomates, ya que aporta sabor esencial al plato.

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Lucia Gomez

Lucía Gomez es cocinera doméstica avanzada y redactora gastronómica centrada en cocina accesible: rápidas, saludables, repostería y batch cooking. Su metodología prioriza ingredientes asequibles, técnicas replicables y tiempos verificados en cocina real. Cada receta incluye lista de ingredientes clara, pasos numerados, variantes por alergias o preferencias y consejos de presentación sin artificios. Lucía dirige la línea editorial de fichas “smart” con tarjeta de información (porciones, tiempos, conservación) y tablas de nutrición aproximada. Apuesta por la recuperación de recetas tradicionales con enfoques modernos (airfryer, olla lenta) y por minimizar desperdicio con reaprovechamientos. Su comunidad valora su tono cercano, los resultados consistentes y su obsesión por testear medidas y horneados para evitar errores comunes.

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