Cómo realizar una venta en corto de ETFs: guía 2025

Explico, con ejemplos y cifras simples, cómo y por qué se venden ETFs en corto: alternativas operativas, riesgos y efectos para hogares y pymes en 2025.

Expongo de forma clara y directa qué implica realizar una venta en corto de ETFs y cuáles son las alternativas prácticas disponibles en 2025. Parto de los conceptos esenciales: un ETF replica un índice o una cesta de activos, su precio sube o baja en función del mercado, y existe la posibilidad de obtener exposición a la caída de ese precio por varias vías. No doy consejos de inversión; describo mecanismos, riesgos y efectos tangibles para particulares y pequeñas empresas con cifras redondas y ejemplos sencillos. Mi objetivo es que, tras leer esto, comprenda las diferencias operativas entre vender un ETF que ya posee, vender al descubierto, usar opciones o comprar ETFs inversos, y las consecuencias administrativas y fiscales que suelen acompañar cada alternativa.

Por qué plantearse una posición corta en ETFs

Tomar beneficios: cuándo considerar cerrar una posición larga

Una razón frecuente para vender un ETF es materializar ganancias cuando su precio ha subido de forma notable desde la compra. En la práctica, si compró un ETF sectorial y su valor ha subido, vender parte o la totalidad de la posición permite convertir la plusvalía en liquidez. Considero que la decisión se toma habitualmente ante una valoración que, por fundamental o por técnico, se percibe como temporalmente elevada.

Al plantear la venta para tomar beneficios conviene distinguir dos órdenes: mercado y límite. Un market order se ejecuta con rapidez al precio disponible, lo que en mercados volátiles puede reducir el beneficio esperado. Un limit order fija un precio mínimo de venta y protege el resultado deseado, aunque corre el riesgo de no ejecutarse si el mercado no llega a ese nivel.

En mi experiencia, la elección entre rapidez y control del precio depende del horizonte y del tamaño de la posición. Si la exposición es pequeña y el objetivo es capturar una subida puntual, predomina la ejecución rápida. Si la posición es relevante para la cartera, prefiero reservar parte con órdenes límite para asegurar un precio objetivo y otra parte ejecutar al mercado para asegurar liquidez inmediata.

Cobertura de riesgo: usar posiciones cortas para proteger una cartera

Vender en corto movimientos relacionados con ETFs sirve también como cobertura cuando la cartera tiene exposición a caídas. Si su cartera contiene acciones de un sector concreto, una posición corta en un ETF sectorial puede compensar pérdidas en ese sector. La lógica es simple: la pérdida en un activo se compensa con la ganancia en la posición corta si el mercado cae.

Existen múltiples formas de cubrir: vender el ETF que ya posee, tomar una venta al descubierto, comprar puts u optar por un ETF inverso. Cada método tiene costes y requisitos operativos distintos. En decisiones de cobertura no sólo importa el coste directo, sino el desajuste temporal entre la caída del activo cubierto y la respuesta del instrumento de cobertura.

He visto que las coberturas parciales suelen ser más efectivas que las totales cuando se prioriza la relación coste-beneficio. En términos prácticos, muchos inversores prefieren cubrir un porcentaje de la exposición (por ejemplo, 20–50 %) y revisar la cobertura según evolucione la volatilidad y las noticias relevantes.

Exposición bajista: capitalizar una expectativa negativa

Otra motivación es tomar ventaja de una expectativa bajista sobre un mercado, sector o índice. Si, tras análisis propio, se espera que un índice pierda valor, una posición corta permite ganar si la predicción se cumple. Esto exige un planteamiento activo y una gestión de riesgo estricta, porque el mercado puede moverse en sentido contrario.

Las ventas cortas y las opciones son vehículos para esa exposición. La venta al descubierto implica vender ahora y recomprar después; las opciones de venta (puts) otorgan el derecho a vender a un precio pactado sin obligación. Ambas vías arreglan la intención bajista, pero difieren en riesgo, coste y complejidad operativa.

En mi práctica observo que los inversores que buscan exposición bajista valoran especialmente la flexibilidad de las opciones frente al riesgo teóricamente ilimitado de la venta al descubierto. No obstante, las opciones tienen una prima que se paga por adelantado, lo que afecta la rentabilidad si el movimiento bajista tarda en producirse o es menor de lo esperado.

Cobertura de posiciones de trading: integrar ETFs en estrategias avanzadas

Para carteras que incluyen futuros, opciones u otros derivados, las posiciones cortas en ETFs pueden funcionar como herramientas de ajuste fino. En operaciones de trading más complejas, un ETF corto se utiliza para neutralizar exposición de índice sin tocar otras posiciones, permitiendo una gestión más precisa del riesgo sistémico.

Técnicamente, esta aproximación exige atención al apalancamiento implícito, al coste de financiación y a la correlación entre el ETF y el activo que se pretende cubrir. En entornos de alta volatilidad, la correlación puede desviarse temporalmente y reducir la eficacia de la cobertura, un factor que siempre evalúo antes de implementar la posición.

Mi experiencia indica que los operadores profesionales combinan varias herramientas —posiciones cortas, opciones y ETFs inversos— para ajustar la exposición con rapidez. Para un particular o una pyme que no opera instrumentos derivados habitualmente, esta estrategia puede ser demasiado compleja; conviene entender primero cada herramienta por separado.

Cómo ejecutar una venta en corto: vías y consideraciones

Vender un ETF que ya posee: la vía más sencilla

Si ya posee el ETF, la forma más directa de reducir o invertir la exposición es venderlo a través de su bróker. Esto no es, estrictamente, una venta en corto: simplemente cierra o reduce una posición larga. La operación se realiza con los mismos tipos de órdenes que aplicaría a una acción convencional.

Las ventajas son administrativas y de riesgo: no necesita pedir prestadas acciones ni asumir llamadas de margen propias de una venta al descubierto. El peor resultado es perder la inversión ya realizada, no deber dinero adicional por la posición. Por eso mucha gente utiliza primero esta alternativa antes de plantearse operaciones más complejas.

Si va a vender, valore el tipo de orden (mercado o límite) y las implicaciones fiscales. En términos operativos, yo verifico la liquidez del ETF y el diferencial precio-venta para asegurar que la ejecución no erosione de forma significativa el resultado esperado.

Venta al descubierto y opciones: más complejas y más riesgosas

La venta al descubierto implica tomar prestadas acciones de un ETF y venderlas hoy con la intención de recomprarlas más adelante a un precio inferior. La diferencia es su ganancia o su pérdida. Esta técnica conlleva riesgo teórico ilimitado porque, si el precio sube, la pérdida puede ser muy grande.

Alternativamente, comprar opciones de venta (puts) da derecho a vender a un precio fijado sin obligación de hacerlo. Las puts limitan la pérdida al coste de la prima pagada y permiten exponer la cartera a una caída con riesgo acotado. No obstante, la prima representa un coste que reduce la rentabilidad si el movimiento esperado no ocurre.

Desde mi punto de vista operativo, la venta al descubierto exige margen y supervisión constante. Las opciones requieren comprensión de vencimientos, volatilidad implícita y del efecto del paso del tiempo sobre la prima. Para ambos caminos, la posición debe calibrarse respecto al tamaño total de la cartera.

Comprar un ETF inverso: exposición bajista sin apalancamiento complejo

Los ETFs inversos replican la pendiente opuesta de un índice: cuando el índice baja, el inverso sube. Esta alternativa tiene la ventaja formal de comprar un activo, no de vender algo que no posee, por lo que el riesgo máximo suele limitarse al capital invertido en el ETF inverso.

No obstante, los ETFs inversos pueden ser más volátiles y están diseñados principalmente para horizontes cortos —un día o unas jornadas—, especialmente los que incorporan apalancamiento. Las autoridades reguladoras han emitido advertencias sobre el uso de ETFs inversos por parte de inversores particulares debido a su riesgo y a la erosión potencial del valor si se mantienen a largo plazo.

En práctica, yo los considero útiles para expresar una visión bajista a corto plazo o para proteger una posición puntual, pero siempre con la claridad de que no son equivalentes a mantener una posición corta permanente sin revisión. Conviene revisar el prospecto del producto y entender el método de réplica antes de operar.

Impacto práctico para hogares y pymes

Para un hogar o una pyme, las implicaciones prácticas de tomar una posición corta en ETFs pasan por tres planos: operativa, financiera y fiscal. En el plano operativo, la venta de ETFs que ya posee es la más simple; no requiere pedir préstamos ni cuentas con margen adicionales. En mi experiencia, la mayoría de particulares y pequeñas empresas que utilizan ETFs como parte de su ahorro recurren primero a esta vía por su simplicidad.

En el plano financiero, las diferencias entre las alternativas son relevantes. Vender un ETF reduce exposición y libera liquidez. Vender al descubierto puede generar obligaciones de margen y costes de financiación. Comprar puts implica pagar una prima. Comprar un ETF inverso expone su capital al riesgo de pérdida total si el producto falla o cae a cero.

Fiscalmente, las ventas y compraventas generan eventos de renta sujetas a tributación por plusvalías o minusvalías según la normativa aplicable. No entro en detalles legales específicos, pero recomiendo a quien gestiona un patrimonio de la familia o de la empresa que consulte con su asesor fiscal para calcular el efecto neto después de impuestos antes de tomar decisiones.

Finalmente, desde el punto de vista de gestión, insisto en dos prácticas que aplico: limitar el tamaño relativo de la posición corta (por ejemplo, no más del 10–20 % de la cartera total para particulares), y revisar la exposición con regularidad. Estos principios ayudan a evitar que un ajuste temporal del mercado devaste la posición de ahorro o la tesorería de una pyme.

Ejemplos numéricos sencillos

A continuación presento escenarios redondeados para ilustrar cómo funcionan las alternativas en términos monetarios. No son recomendaciones, sino ilustraciones de cálculo que uso habitualmente para explicar las diferencias.

Ejemplo 1 — Vender un ETF que posee: imagina que compró 100 participaciones a 50 € cada una (capital invertido 5 000 €). Tras una subida, el ETF cotiza a 70 €. Si vende las 100 participaciones a 70 €, obtiene 7 000 € y realiza una plusvalía bruta de 2 000 € (7 000 € menos 5 000 €). La venta es directa y no genera posiciones abiertas adicionales.

Ejemplo 2 — Venta al descubierto: si no posee el ETF y cree que bajará desde 70 € a 50 €, puede vender prestadas 100 participaciones a 70 €, obteniendo 7 000 €. Si luego las recompra a 50 €, las recompra por 5 000 € y obtiene 2 000 € de beneficio antes de costes. Si, por el contrario, el precio sube a 90 €, recomprarlas cuesta 9 000 € y genera una pérdida de 2 000 € antes de costes.

Ejemplo 3 — Comprar una opción put: suponga que paga una prima de 3 € por participación por una put con strike 65 € sobre 100 participaciones (coste 300 €). Si el ETF cae a 50 €, ejercer la put le permite vender a 65 €, obteniendo en términos prácticos una protección equivalente a 1 500 € (65 € menos 50 € por 100 participaciones) menos la prima. Si no cae, la pérdida máxima es la prima pagada (300 €).

Ejemplo 4 — ETF inverso: si compra 100 participaciones de un inverso cotizado a 10 € (gasto 1 000 €) y el índice sube 10 %, el inverso típicamente pierde cerca del 10 %; si el índice baja 10 %, el inverso gana aproximadamente 10 %. El riesgo máximo para esta compra es la pérdida del capital invertido —en este caso 1 000 €— aunque los ETFs apalancados introducen variaciones más agresivas.

Mini glosario esencial

  • ETF: fondo cotizado que replica un índice o cesta de activos y que se negocia como una acción durante el horario bursátil.
  • Venta al descubierto (short): vender activos prestados con la intención de recomprarlos más baratos en el futuro.
  • Put: opción que da el derecho a vender un activo a un precio determinado en o antes de una fecha de vencimiento.
  • ETF inverso: instrumento que busca la rentabilidad opuesta al índice que replica, normalmente diseñado para horizontes cortos.
  • Orden límite: instrucción de venta o compra que fija un precio mínimo o máximo para la ejecución.
  • Orden mercado: instrucción para ejecutar la operación cuanto antes al precio disponible.
  • Margen: depósito que exige el bróker para cubrir posibles pérdidas en operaciones con apalancamiento o ventas en corto.

Amplío: la elección del instrumento depende del objetivo (cobertura, exposición, cobro de plusvalías) y del perfil de riesgo. En mi experiencia, comprender la diferencia entre obligación (venta al descubierto) y derecho (put) es clave antes de operar.

Tómese este glosario como referencia práctica para identificar términos al revisar órdenes o al hablar con su bróker o asesor fiscal. Mantener un vocabulario operativo claro reduce errores de ejecución y malentendidos en la gestión diaria.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la forma más simple de reducir exposición a un ETF que ya tengo?

La forma más directa es vender las participaciones que posee: es una operación que no requiere cuentas de margen ni préstamos de acciones. La ejecución puede ser inmediata mediante una orden de mercado o controlada mediante una orden límite, según prefiera rapidez o precio.

Desde el punto de vista del riesgo, vender reduce la exposición sin crear obligaciones futuras. A efectos prácticos, recomiendo evaluar el impacto fiscal y la liquidez del ETF para decidir si vender todo o sólo una parte.

Recuerde que esto no es un consejo de inversión; describo la opción operativa más simple que aplico en contextos de explicación financiera.

¿Qué diferencia hay entre vender al descubierto y comprar un ETF inverso?

Vender al descubierto implica vender participaciones prestadas y tiene riesgo ilimitado si el precio sube. Comprar un ETF inverso significa adquirir un activo cuyo valor sube cuando el índice baja; el peor resultado suele limitarse al capital invertido en el ETF inverso.

Las diferencias operativas incluyen requisitos de margen para la venta al descubierto y la posible erosión de valor en los ETFs inversos si se mantienen a largo plazo. Ambos instrumentos pueden servir para exposición bajista, pero con perfiles de riesgo distintos.

En términos prácticos, para horizontes cortos y simplicidad, muchas personas optan por ETFs inversos; para estrategias apalancadas o muy específicas, algunos traders prefieren la venta al descubierto o combinaciones con opciones.

¿Las opciones son una alternativa segura para tomar posiciones bajistas?

Las opciones de venta (puts) limitan la pérdida al coste de la prima, por lo que pueden ser herramientas más controladas que la venta al descubierto. Sin embargo, requieren comprender vencimientos, volatilidad implícita y el efecto del paso del tiempo sobre la prima.

En mi práctica, las puts son especialmente útiles cuando se busca protección temporal o una exposición bajista con riesgo acotado. No obstante, la prima pagada es un coste que debe justificar el potencial movimiento esperado.

Insisto: esto no es asesoramiento; describo atributos operativos de las opciones para que quien lea pueda comparar alternativas.

¿Qué riesgos regulatorios o de producto debo conocer sobre los ETFs inversos?

Los ETFs inversos pueden ser volátiles y no están pensados para mantenimientos prolongados, especialmente los apalancados. Reguladores han advertido sobre su uso inadecuado por parte de inversores particulares porque la réplica diaria puede provocar divergencias frente al rendimiento esperado a largo plazo.

Además, algunos ETFs inversos implican costes internos y mecanismos de réplica que aumentan la complejidad. Verifique las características del producto y confirme la idoneidad para su horizonte temporal y su tolerancia al riesgo.

En resumen, comprenda la naturaleza diaria de la réplica y las condiciones del prospecto antes de utilizar ETFs inversos como herramienta de cobertura o especulación.

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Javier Mendez

Javier Mendez es analista económico con más de una década cubriendo macroeconomía, mercados y empresa. Formado en finanzas y economía aplicada, ha trabajado en consultoría y en mesas de análisis sell side, lo que le permite leer los datos con precisión y explicarlos de forma clara. En sus piezas desmenuza indicadores, políticas monetarias y resultados corporativos, siempre con foco en impacto real para el lector: empleo, poder adquisitivo y decisiones de ahorro/inversión. Defiende una comunicación transparente, con gráficos comprensibles y comparativas históricas que evitan el ruido del corto plazo. En el medio dirige especiales sobre inflación, banca y energía, y coordina el calendario de publicaciones de resultados para ofrecer contextos antes y después de cada hito. Su sello: rigor, contexto internacional y conclusiones accionables sin jerga innecesaria.

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