Soy Sergio, especialista en motor. Probé en pista la propuesta de Petty’s Garage sobre la base del Ford Mustang GT y vengo con conclusiones concretas: potencia asombrosa, ajustes por pulir y una oferta económica difícil de ignorar si buscas un muscle car supercargado con firma de leyenda. A continuación desgloso la ficha técnica, impresiones de uso, costes y rivales, y doy recomendaciones prácticas para quien valore sensaciones en circuito o carretera.
Ficha técnica condensada
Origen y base mecánica
El Mustan g de Petty’s Garage parte de un Ford Mustang GT con el bloque V8 5.0 como punto de partida. Sobre esa base se instala un sobrealimentador; la referencia pública apunta a un TVS 2300 de Magnuson, aunque documentación encontrada en el vehículo sugiere que la unidad podría haber venido de otra procedencia. Mantengo la información tal cual: existe una discrepancia en la trazabilidad del supercargador, y la propia representación de Petty’s Garage confirmó que el coche probado corresponde al Level Three.
Como técnico, valoro que la elección de una plataforma ya probada —el 5.0 V8— facilita modificaciones y mantenimiento respecto a motores menos extendidos. Eso no elimina la necesidad de atención especializada: un sobrealimentador de esa capacidad exige revisión periódica del sistema de refrigeración, de las relaciones de transmisión y del tren delantero para poder emplear la entrega de par sin comprometer la fiabilidad.
También es importante resaltar que, aunque el paquete se anuncia como una preparación completa, en el ejemplar evaluado algunas piezas aparecen como ajustes pensados más para show que para optimizar el conjunto en circuito. Aun así, la ejecución de montaje y los acabados interiores mostraron un nivel de detalle notable.
Potencia, variantes y transmisión
Petty’s Garage declara tres niveles de preparación sobre la base del 5.0: la versión supercargada estándar se anuncia en torno a 670 CV, el Level Two eleva la cifra hasta 727 CV y el Level Three llega a un comunicado de 825 CV. Durante la toma de contacto, sin embargo, detectamos que el coche había sido deliberadamente rebajado para limitar la entrega en pista: estimaciones entre el equipo y la valoración de nuestros instrumentos situaban la potencia efectiva entre la alta zona de los 600 CV y la parte alta de los 700 CV, pero no en los 825 CV anunciados.
En cuanto a la transmisión, la sensación al cambiar es clara: relación corta entre tercera y cuarta, y un paso a quinta que requiere tanto precisión como fuerza. No es una avería, sino una configuración que obliga a trabajar la palanca con decisión. Desde mi experiencia, es un punto solucionable con ajustes de selector, sincronizadores o un cambio de relaciones si se busca una respuesta más homogénea en circuito.
Si piensas explotar toda la potencia declarada, valora que la cadena de transmisión debe revisarse y, en su caso, reforzarse. Mi recomendación técnica es comprobar los componentes internos de la caja y la fatiga de los elementos de embrague tras las primeras salidas exigentes, especialmente si el coche va a ver uso en pista.
Chasis, suspensión y frenos
Los frenos del coche evaluado respondieron de forma excelente: tacto lineal y sin sensación de fading durante las vueltas que pude completar. Es uno de los puntos fuertes y, desde mi punto de vista, una base fiable para quien pretenda usar el coche a ritmos altos.
La suspensión se mostró rígida y orientada a rendimiento, pero con una puesta a punto que no coincidía con el trazado del Thermal Club. Observé variaciones en la respuesta en cada curva: en algunas entradas el coche transmitía confianza, en otras pedía reajuste. Petty indicaba que no hubo tiempo para configurar la geometría para ese circuito concreto; por eso noté exceso de avance de camber en el tren delantero que orientaba a un tipo distinto de asfalto o de curvas.
Como consejo técnico: si adquieres o alquilas este paquete y piensas usarlo en circuito, planifica una revisión de la geometría y de los amortiguadores con un equipo de puesta a punto. Cambiar la configuración de camber y ajustar compresión/rebote puede transformar la consistencia de comportamiento de un coche que, en origen, es brillante pero no afinado para cada trazado.
Pros y contras
Ventajas principales
Potencia y carácter: el motor V8 sobrealimentado ofrece una entrega contundente y una experiencia sonora que es parte esencial del atractivo del modelo. Incluso en su estado potenciado de fábrica, el coche transmite la sensación de un muscle car auténtico, con culata y respuesta contundente.
Relación precio/potencia: Petty’s Garage anunció el coche tal cual sentado con un precio de 70.000 dólares. Si el vehículo ofreciera realmente los 825 CV declarados, sería una oferta difícil de igualar por ese coste nominal. En la práctica, aunque el ejemplo evaluado estaba deliberadamente suavizado, sigue siendo una preparación con una relación coste-beneficio llamativa frente a preparaciones externas de similar potencia.
Calidad de montaje: la unidad mostraba acabados y nivel de detalle interior y exterior cuidados. Como especialista, valoro que la calidad del ensamblado y el fit and finish no den sensación de “chapuza”, algo que a menudo sí ocurre en algunas casas de preparación.
Limitaciones y puntos a revisar
Desfase entre cifra anunciada y entrega real: durante la prueba constatamos una discrepancia entre los 825 CV publicitados y la potencia efectiva en pista. Petty’s Garage confirmó que en ese coche habían aplicado una reducción para proteger a pilotos noveles, lo que introduce incertidumbre sobre la cifra real de fábrica en unidades entregadas a clientes.
Comportamiento de la transmisión: el salto a quinta marcha es duro y exige fuerza. No es un fallo irreparable, pero sí algo que reduce la comodidad en uso exigente; puede requerir intervención mecánica para suavizar el paso o cambiar relaciones si se busca un coche más aprovechable en circuito.
Puesta a punto de suspensión: la unidad probada no estaba ajustada para el circuito donde se probó. El resultado fue una respuesta desigual en distintas curvas. Eso significa que, salvo que lo compres solo para uso callejero con gestión de potencia, deberás invertir tiempo (y posiblemente dinero) en un set-up específico para pista.
Consumo, autonomía y costes
Consumo estimado y autonomía práctica
No dispongo de cifras oficiales de consumo del modelo exacto de Petty’s Garage sobre el Mustang GT; sin embargo, por lógica mecánica y por la naturaleza de la modificación (V8 5.0 sobrealimentado), cabe esperar consumos significativamente superiores a los de un GT atmosférico. En conducción normal de carretera, un V8 sobrealimentado de este calibre tenderá a cifras elevadas de consumo urbano y mezcladas; en uso de pista, el consumo se disparará por la mayor demanda de combustible y la puesta a régimen constante.
Como técnico, estimo que la autonomía real dependerá mucho del estilo de conducción y del tipo de carburante/ajustes. Si buscas largas distancias y aprovechar la potencia, considera que la autonomía se verá mermada: depósitos de serie no suelen ofrecer margen para runs continuados sin repostar en circuitos. Es recomendable planificar paradas o integrar depósitos auxiliares solo si se prevé uso intenso en jornadas de pista.
Mi consejo práctico: antes de adquirir una unidad así, pregunta por el mapeo de inyección y por la posibilidad de adaptar mapas menos agresivos para uso diario. No es lo mismo un coche optimizado para máxima potencia en línea recta que uno afinado para uso mixto y menor gasto.
Precio de compra y costes de mantenimiento
Petty’s Garage indicó un precio de 70.000 dólares para el coche en la especificación probada. Esa cifra, en términos absolutos, representa una entrada competitiva en el segmento de preparaciones de alta potencia, siempre que la entrega de par y la fiabilidad sean las esperadas. En la práctica, comprobaremos que el coste final puede aumentar según opciones, puesta a punto para circuito y refuerzos en transmisión.
Los costes de mantenimiento serán superiores a los de un Mustang GT de serie: sobrealimentador, mayor estrés térmico y de transmisión, pastillas y discos más exigentes, y revisiones de embrague y caja más frecuentes. Si vas a emplear el coche en pistas, añade gastos de neumáticos, frenos y posibles revisiones de motor tras sesiones intensas.
Recomendación de gestión económica: contabiliza revisiones cada pocas jornadas duras y contempla un fondo para elementos de desgaste rápido. No escatimes en frenos ni en neumáticos; invertir en discos, pastillas y cubiertas de mayor calidad protege la inversión del motor y mejora la seguridad.
Valoración del precio frente a lo ofrecido
A 70.000 dólares, el paquete tiene sentido si lo que buscas es potencia con una factura de montaje cuidada y sello de Petty. No obstante, la disparidad entre cifra anunciada y entrega en la unidad probada obliga a exigir certificados de potencia o pruebas en banco si la compra se hace con la cifra de 825 CV como condición.
Si el vehículo llega detonado de fábrica por razones de entrega inicial (como ocurrió en la prueba), su precio sigue siendo atractivo, pero la percepción de valor cambia: pagar por 825 CV y recibir «mid-high 700s» supone una diferencia clave en expectativas. Mi recomendación técnica antes de firmar: solicitar evidencia de la potencia real o negociar el precio acorde a la entrega medida.
Finalmente, contempla costes totales de propiedad mayor que un GT estándar: seguro, mantenimiento y consumibles subirán. Evalúa si prefieres la experiencia «lista para rodar» o una unidad base con mejoras y ajustes graduales según tu uso.
Rivales y para quién es este Mustang Petty’s Garage
Competidores naturales y comparativa práctica
El Mustang Petty’s Garage compite en la esfera de muscle cars y berlinas deportivas altamente potenciadas. Su valor diferencial es la combinación de un V8 5.0 sobrealimentado, un paquete estético con sello histórico y un precio de salida atractivo para lo que promete en cifra bruta de potencia. Competidores directos en filosofía serían preparaciones con foco en relación coste/potencia y coches factory-special con orientación track day.
En comparación práctica, quien busque la cifra más alta de potencia sin invertir en ajustes posteriores puede encontrar alternativas con cifras certificadas; en cambio, si priorizas sensación de muscle car, sonido V8 y un paquete visual con pedigree, el Mustang firmado por Petty’s Garage tiene argumentos sólidos.
Como consejo de compra: define primero si buscas cifras puras o experiencia. Si quieres sensaciones y un coche que pueda evolucionar con puesta a punto, este Mustang es una base excelente; si exiges garantía de 825 CV desde el primer día, exige test de potencia y condiciones contractuales.
Perfil de comprador recomendado
Este modelo encaja con conductores que valoran la entrega de par y la experiencia sensorial de un V8 sobrealimentado, que no rehúyen dedicar recursos a puesta a punto y mantenimiento y que aprecian el valor simbólico de una preparación firmada por una casa histórica como Petty’s Garage.
No es la mejor opción para quienes busquen un turismo diario eficiente o para compradores que no quieran asumir costes de operación superiores a un coche de serie. Tampoco es la compra ideal para quienes exigen una entrega de potencia garantizada desde fábrica sin pruebas previas.
En mi valoración personal como técnico: si priorizas pista y sensaciones, y estás dispuesto a invertir en ajuste de suspensión y posible refuerzo de transmisión, encontrarás en este Mustang una plataforma emocionante y con margen de mejora.
Usos recomendados
El coche rinde más donde la potencia y la tracción pueden explotarse con seguridad: tandas en circuito para pilotos con experiencia o uso combinado calle/pista con ajustes de mapeo menos agresivos. Para uso exclusivamente urbano no es eficiente ni práctico; su verdadera razón de ser aparece donde se puede poner a prueba el motor y la puesta a punto.
Si lo que buscas es participar en eventos de aceleración o preparar un coche para track days recurrentes, destina recursos a la refrigeración, a la gestión de embrague y a un set-up de suspensión que elimine la variabilidad observada en la prueba.
Para un comprador que quiera el coche «tal cual» para exhibición y uso puntual, la relación precio/potencia y la presentación pueden ser suficientes sin intervenciones adicionales.
Advertencias de seguridad y recomendaciones para uso en pista
Riesgos inherentes y prevención
Un coche con sobrealimentación potente y más par que un vehículo de serie exige medidas de seguridad añadidas. En pista, la entrega explosiva puede comprometer la tracción en salidas y la estabilidad en apoyo si no se regula la electrónica y no se cuentan con neumáticos y frenos a la altura.
Por eso, mi primera recomendación es someter el vehículo a una inspección previa: comprobar sujeciones del motor, estado de soportes de transmisión y niveles de refrigerante y aceite. No subestimes el efecto térmico del sobrealimentador, especialmente en tandas largas; un sobrecalentamiento puede llevar a fallos costosos.
También hay que considerar formación: si no tienes experiencia en conducción en pista con coches de altas prestaciones, acude a un instructor o a tandas con control horario para familiarizarte con la entrega de potencia y con el comportamiento del coche antes de exigir su límite.
Recomendaciones técnicas para preparar el coche
Optimiza la geometría: ajusta camber y convergencia según el tipo de trazado para lograr un comportamiento más consistente. En la unidad que probé el camber delantero era excesivo para el circuito, lo que afectó la respuesta en curvas. Un ajuste correcto cambia radicalmente el comportamiento.
Refuerza o revisa la transmisión: el paso a quinta requiere atención. Evaluar sincronizadores y selector, o incluso adaptar relaciones si tu objetivo es circuito, evitará desgaste prematuro y cambios bruscos que afecten al control.
Cuida la refrigeración y los consumibles: instala un radiador reforzado o mejora la ventilación si prevés sesiones prolongadas. Sustituye pastillas y discos por materiales de competición si vas a rodar a ritmo intenso: los frenos fueron buenos en la prueba, pero el aumento de demanda en tandas continuadas exige componentes específicos.
Checklist mínima antes de una sesión en circuito
Antes de rodar, verifica presión y estado de neumáticos, niveles de aceite y refrigerante, fijación de tapas y anclajes, y el correcto funcionamiento del sistema de frenado. Asegura que el mapa de motor sea el adecuado para el uso previsto; si el coche está detonado para noveles, restablece el mapa que corresponda a tu nivel.
Lleva herramientas básicas y consumibles: al menos un juego de pastillas de repuesto, un set para revisar tornillería crítica y un medidor de presión de neumáticos. En mi experiencia, quienes acuden a pista sin estas previsiones acaban perdiendo tiempo y dinero evitable.
Finalmente, contempla seguros y permisos: utiliza circuitos homologados y respeta la normativa del lugar para minimizar riesgos legales y personales.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Realmente entrega 825 CV como anuncia Petty’s Garage?
En el ejemplar que probé, el coche estaba deliberadamente rebajado por parte del equipo para limitar potencia a pilotos menos experimentados. Se anunciaron 825 CV para el Level Three, pero en pista detectamos una entrega por debajo de esa cifra. Petty’s Garage admitió que la unidad había sido detuned para esa sesión.
Eso no invalida la cifra oficial como objetivo de ingeniería, pero sí significa que, en la práctica, debes exigir una certificación de potencia o una prueba en banco si la cifra de 825 CV es clave para tu decisión de compra.
Mi consejo: pide siempre la medición real en condiciones de entrega y, si compras, deja por escrito qué potencia se garantiza y en qué condiciones (combustible, temperatura, etc.).
¿Es necesario reforzar la transmisión para usarlo en pista?
Depende del uso. Para tandas regulares y demandas de alta potencia continuadas, sí recomiendo revisar y, si procede, reforzar elementos de la transmisión y el embrague. La sensación de cambio duro a quinta y las cifras de par potenciales obligan a esta consideración.
Si el uso va a ser principalmente callejero y con gestión de potencia moderada, la caja de serie puede aguantar, aunque con mayor desgaste que un coche de serie sin sobrealimentación.
Mi recomendación técnica: un chequeo post-primera jornada intensa y, si detectas vibraciones o dureza, actúa antes de acumular kilómetros agresivos.
¿Qué mantenimiento adicional exige un sobrealimentador como el TVS 2300?
El sobrealimentador añade demanda térmica y mecánica al motor. Es importante aumentar la frecuencia de cambios de aceite, vigilar temperaturas y revisar el sistema de intercambio térmico. Además, los sistemas de admisión y las correas o acoples del supercargador requieren inspección periódica.
No entregues tu coche a talleres sin experiencia con sobrealimentación: pequeñas negligencias en ajuste pueden derivar en pérdidas de rendimiento o, peor, en daños graves.
Como norma práctica te diré: cambia aceite y filtros según un plan más agresivo que el de serie y supervisa el estado del supercargador en cada servicio mayor.
¿Vale la pena pagar 70.000 dólares por este coche?
La cifra anunciada es competitiva en términos de relación precio/potencia y de acabado según lo visto. No obstante, la respuesta depende de si compras por la cifra anunciada de 825 CV o por la experiencia completa con posibles ajustes posteriores.
Si quieres un coche con sello Petty y disposición para invertir en puesta a punto, es una opción atractiva. Si exiges la máxima potencia desde el primer día, exige mediciones y garantías antes de formalizar la compra.
En resumen: el precio puede ser una ganga o una inversión más costosa según las expectativas y el uso que le des al coche.
¿Qué debo revisar antes de aceptar la entrega?
Pide revisión de la potencia en banco, historial de ajustes realizados, certificación de montaje del sobrealimentador y estados de consumibles (frenos, neumáticos, embrague). Comprueba la geometría y solicita un informe de puesta a punto si vas a usar el coche en pista.
Además, confirma qué mapa de motor se entrega y si hay opciones para ajustar la entrega según tu nivel de conducción.
Mi recomendación final como técnico: no firmes sin esas comprobaciones; son las que marcan la diferencia entre una compra satisfactoria y una fuente de problemas y gastos posteriores.







