Me encantan las recetas que combinan nostalgia y sencillez; este aderezo cremoso de pesto encaja exactamente en esa categoría. Desde que lo probé por primera vez, me fijé en su textura sedosa y ese sabor de albahaca seca que, lejos de resultar plano, aporta un carácter único y reconocible. Lo preparo con frecuencia porque reúne tres cualidades que valoro en la cocina doméstica: pocos ingredientes accesibles, tiempo mínimo de preparación y un resultado versátil que realza tanto ensaladas simples como platos con pollo a la plancha.
Como amante de la gastronomía, busco recetas que funcionen en el día a día y que además permitan pequeños ajustes según la despensa. En este aderezo la base cremosa la aporta la mayonesa; el buttermilk introduce la acidez justa para equilibrar la grasa; la albahaca seca entrega ese perfil pesto sin necesidad de procesar hojas; el parmesano rallado remata con salinidad y umami; y el ajo en polvo aporta fondo sin dominar. La suma es un aderezo que resiste bien en frío y que mejora si reposas 30 minutos para que los sabores se integren.
En las siguientes secciones encontrarás la tarjeta de la receta con tiempos y raciones, la lista de ingredientes exacta para reproducirlo tal cual, pasos numerados y claros para que no falles, notas sobre ingredientes y variantes que recomiendo y una tabla nutricional para quien controle aportes energéticos. Además incluyo respuestas a dudas frecuentes que me suelen preguntar cuando lo preparo para invitados: cómo sustituir ingredientes, por qué aquí prefiero albahaca seca, y cómo adaptar la textura sin perder el carácter del aderezo. Lo explico todo desde la práctica y con consejos que me han funcionado en casa.
Ficha rápida de la receta
Tiempo de preparación: 6 minutos total, con 30 minutos de reposo opcional en frigorífico para intensificar sabores.
Raciones: 6 porciones (aproximadamente).
Calorías por ración: 150 kcal.
Ingredientes esenciales y su función en la receta
Antes de enumerar la lista, quiero explicar por qué cada ingrediente tiene un papel concreto: la mayonesa actúa como base emulsionada que aporta cremosidad y textura estable; el buttermilk introduce acidez y fluidez, lo que hace que el aderezo se adhiera bien a las hojas sin resultar pesado; la albahaca seca otorga el perfil pesto característico sin necesidad de triturar hojas frescas; el ajo en polvo ofrece un golpe aromático controlado; la pizca de sal realza todos los matices y el parmesano aporta salinidad y un final sabroso y ligeramente granulado.
Entender estas funciones te permite adaptar la receta si necesitas una versión más ligera o con más intensidad aromática. Por ejemplo, reducir la mayonesa y aumentar ligeramente el buttermilk aligerará la textura; añadir más parmesano intensificará el umami; y emplear albahaca seca recién comprada preservará el aroma que se pierde cuando la albahaca lleva demasiado tiempo en la despensa. Evito sustituir el buttermilk por leche con vinagre porque, desde mi experiencia, el perfil ácido y la textura no quedan igual de redondos.
Ahora, la lista de ingredientes es corta y clara. Mira las cantidades exactas y, si prefieres anotarlas, respeta las proporciones la primera vez; después ya puedes ajustar según tu gusto. Usar ingredientes de buena calidad —mayonesa con suficiente grasa y parmesano recién rallado— marca una diferencia notable en el resultado final.
- 1/2 taza de mayonesa (entera)
- 1/2 taza de buttermilk (bajo en grasa)
- 1 cucharada sopera de albahaca seca (fresca dentro de lo seco)
- 1/4 cucharadita de ajo en polvo
- 1 pellizco de sal
- 1/4 taza de queso parmesano rallado finamente
Preparación paso a paso: técnica, tiempos y consejos prácticos
La preparación es intencionalmente sencilla, pero hay detalles que elevan el resultado. Comienzo siempre con todos los ingredientes a mano y un bol de tamaño medio para trabajar cómodamente. Coloco la mayonesa primero, añado el buttermilk y luego espolvoreo la albahaca seca; de este modo la hierba se hidrata de inmediato y su aroma se libera sin formar grumos. Uso un batidor manual porque me permite controlar la emulsión sin incorporar demasiado aire, lo que mantiene la textura sedosa que busco.
Al batir, trabajo en movimientos firmes y circulares hasta que la mezcla sea homogénea. El ajo en polvo lo añado con moderación; su sabor puede intensificarse en frío, por eso prefiero empezar con 1/4 cucharadita y ajustar en posteriores preparaciones. El parmesano lo incorporo al final para que quede integrado pero conserve su presencia; si lo añades demasiado pronto puede apelmazar la mezcla. Si notas que la textura queda demasiado densa para tu gusto, añade una cucharada extra de buttermilk hasta alcanzar la fluidez deseada.
Tras mezclar, vierto el aderezo en un recipiente hermético y lo dejo reposar en el frigorífico al menos 30 minutos. Este reposo no es obligatorio, pero sí recomendable porque permite que los sabores se asienten y la albahaca se integre mejor. Si lo vas a usar en una cena, prepara el aderezo con antelación: lo puedes hacer la mañana de ese mismo día sin perder frescura. En servicio, bano ligeramente la ensalada y, si quieres, reserva un poco para añadir al momento a platos de pollo o como salsa para vegetales al vapor.
- Combina todos los ingredientes en un bol mediano.
- Batir con un batidor manual hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos.
- Trasladar a un recipiente hermético y refrigerar al menos 30 minutos para intensificar sabores.
- Servir sobre ensalada verde o usar como acompañamiento para pollo o verduras.
Notas, variantes y conservación
Un punto clave que siempre comento cuando comparto esta receta es la calidad de la albahaca seca. No la uses si lleva mucho tiempo abierta: la albahaca seca pierde su fragancia y puede dejar un regusto apagado. Si tienes albahaca fresca y quieres experimentar, añade 1/3 de taza finamente picada; no es la versión clásica, pero ofrece una frescura distinta que muchos disfrutan. Personalmente, prefiero la albahaca seca en esta receta porque da ese perfil pesto sin cambiar la textura.
Respecto al parmesano, recomiendo rallarlo en el momento con el lado fino del rallador para obtener una presencia más intensa y una textura más integrada. Si vas justo de tiempo, el parmesano rallado comercial funciona; la diferencia está en el aroma y en la capacidad del queso para fundirse ligeramente en la emulsión. En cuanto a sustituciones, no aconsejo recrear el buttermilk con leche y vinagre: he probado esa vía y el equilibrio ácido-textural no es el mismo.
Para conservarlo, guarda el aderezo en un recipiente hermético en el frigorífico. Mantiene su cualidad durante varios días; en mi cocina suelo usarlo en el plazo de una semana para asegurar frescura y seguridad alimentaria. Si necesitas aligerarlo antes de servir, añade una cucharada de buttermilk y remueve. Evita introducir cubiertos usados en el tarro para prolongar su vida útil.
- Variación con albahaca fresca: sustituir la albahaca seca por 1/3 taza de albahaca fresca finamente picada.
- Versión más ligera: reducir un poco la mayonesa y aumentar el buttermilk para aligerar la textura.
- Atajo: usar parmesano rallado comercial si falta tiempo; el sabor será menos intenso pero aceptable.
Información nutricional
Compartir datos nutricionales ayuda a quienes siguen control calórico o simplemente quieren conocer el aporte por ración. Los valores que indico corresponden a una ración estándar de este aderezo tal como está formulado con mayonesa entera, buttermilk bajo en grasa y parmesano rallado. Ten en cuenta que variaciones en las marcas y sustituciones modificarán estas cifras.
Por ración, el aderezo aporta principalmente grasas procedentes de la mayonesa, con una pequeña contribución proteica del parmesano. La presencia de carbohidratos es mínima, y el sodio dependerá del queso y de la sal añadida; si sigues una dieta baja en sodio, ajusta la cantidad de sal o emplea un parmesano con menor contenido en sal.
Si buscas reducir la densidad calórica, opta por una mayonesa baja en grasa o disminuye la proporción de mayonesa a favor de más buttermilk. Esto altera ligeramente la textura y la percepción del sabor, pero es una alternativa válida para adaptar la receta a necesidades específicas.
| Concepto | Por ración |
|---|---|
| Calorías | 150 |
| Grasas | 15 g |
| Grasa saturada | 2 g |
| Colesterol | 11 mg |
| Sodio | 200 mg |
| Potasio | 37 mg |
| Hidratos de carbono | 1 g |
| Azúcares | 1 g |
| Proteínas | 2 g |
Preguntas frecuentes
¿Puedo usar leche más vinagre como sustituto del buttermilk?
En mi experiencia, no recomiendo esa sustitución para esta receta. He probado la mezcla de leche con vinagre y, aunque aporta acidez, la textura y el perfil gustativo resultan distintos; el buttermilk comercial aporta ácidos y espesantes naturales que equilibran mejor la mayonesa.
¿Por qué la receta usa albahaca seca y no fresca?
La elección responde a la intención de reproducir ese carácter de pesto sin proceso: la albahaca seca entrega un sabor concentrado y estable en frío, mientras que la fresca, aunque aromática, modifica la textura y requiere picado fino para integrarse. Si buscas frescura, prueba la versión con 1/3 taza de albahaca fresca picada.
¿Cuánto tiempo puede permanecer en la nevera?
Guárdalo en recipiente hermético y consúmelo preferentemente en el plazo de una semana para preservar su sabor y seguridad. Evita introducir utensilios sucios en el recipiente para prolongar su vida útil.
¿Se puede usar este aderezo como salsa para pollo?
Sí. Funciona muy bien como salsa fría para pollo a la plancha o como aliño de ensaladas con proteína. Si lo utilizas como acompañamiento, ajusta la consistencia con una cucharada extra de buttermilk para que no resulte demasiado denso sobre la carne.
¿Cómo ajustar la intensidad de albahaca?
Si prefieres un sabor más marcado, añade 1/2 cucharada de albahaca seca en lugar de 1; si buscas mayor sutileza, reduce a 3/4 de cucharada. Prueba siempre tras el reposo en frío porque la albahaca tiende a expresarse más después de integrarse.







