Receta: Bruselas asadas al horno con miel y balsámico

Coles de Bruselas asadas con miel y balsámico: guía práctica para lograr dorado intenso, sabor equilibrado y variantes inteligentes. Trucos de preparación, conservación y tabla nutricional.

Tiempo: Preparación 6 minutos · Cocción 20–25 minutos · Total 26 minutos

Raciones: 5

Calorías: 160 por ración

Asar coles de Bruselas transforma por completo su textura y su sabor: lo que puede resultar amargo y terroso al vapor se convierte en dorado, ligeramente dulce y con una nota tostada que me encanta. En esta receta combino el toque ácido del vinagre balsámico con la dulzura de la miel para conseguir un contraste equilibrado que resalta la suavidad natural de la verdura. Es sencilla, rápida y perfecta como guarnición en cualquier temporada.

Ingredientes

En casa prefiero medir en métricas para tener consistencia, así que incluyo las equivalencias tal y como las uso. He respetado las cantidades del original y las convierto para que te resulte más cómodo en una cocina europea. Reúne los ingredientes antes de empezar: la receta es muy eficiente y no admite largas pausas.

Usa coles de Bruselas frescas, de color verde vivo y con hoja compacta; son la base. El aceite de oliva aporta grasa para que se forme la costra, el vinagre balsámico da la acidez característica y la miel añade un contrapunto dulce que carameliza ligeramente al hornearse. Sal y pimienta son imprescindibles para elevar los sabores.

Si quieres adaptar la receta para menos o más comensales, multiplica o divide las cantidades en proporción manteniendo la relación básica entre aceite y coles; para 800 g yo uso 45 ml de aceite y 30 ml de balsámico, por ejemplo. A continuación tienes la lista precisa y práctica para imprimir o copiar.

  • Coles de Bruselas: 800 g (aprox. 1 3/4 lb)
  • Aceite de oliva: 3 cucharadas (≈ 45 ml)
  • Sal: 1/2 cucharadita (al gusto)
  • Pimienta negra recién molida: 1/2 cucharadita (al gusto)
  • Vinagre balsámico: 2 cucharadas (≈ 30 ml)
  • Miel: 1 cucharada (≈ 15 ml)

Preparación: pasos claros y ordenados

Presento la preparación en dos bloques: primero la puesta a punto de las coles y luego la técnica de asado y el remate con la salsa. Sigo un ritmo que permite controlar el dorado sin que se quemen y mantener un interior tierno.

Preparar las coles

Comienzo limpiando y revisando las coles: elimino hojas externas dañadas y corto una fina lámina del tallo si está seco o ligeramente oscuro. Con ese gesto evito que la col aparezca marrón en el centro y favorezco una cocción más uniforme.

Mantengo las coles muy pequeñas enteras y parto las medianas o grandes por la mitad. Esto permite que todas las piezas alcancen una textura similar en el mismo tiempo de horneado. Si las partes demasiado pequeñas, se caramelizarán excesivamente; si las dejas demasiado grandes, quedarán menos doradas.

Antes de aliñarlas, asegúrate de que están bien secas: la humedad superficial impide que se dore correctamente. Si vienen lavadas, sécalas con un paño limpio o papel de cocina y colócalas en una bandeja amplia para que queden en una sola capa.

Técnica de asado

Precaliento el horno a 200 °C. Uso siempre una bandeja con borde y evito amontonar las coles: el calor seco del horno necesita circular para producir ese dorado uniforme. Un exceso de volumen provoca cocción al vapor en lugar de asado.

Aliña con el aceite de oliva, sal y pimienta directamente en la bandeja y distribuye las coles en una sola capa. Introduce la bandeja en la parte central del horno y programa entre 20 y 25 minutos, dependiendo del tamaño de las piezas y de cómo te guste el punto: para un exterior muy crujiente deja 25 minutos y supervisa.

A mitad de cocción remuevo o doy la vuelta a las piezas para exponer todas las superficies al calor. Si buscas un dorado extra, acabo con 20–60 segundos de gratinador (broiler), situando la bandeja un poco más cerca del elemento superior y vigilando constantemente para que no se quemen.

Remate y servicio

Mientras las coles están en el horno preparo la mezcla de balsámico y miel: la emulsión no necesita calor, basta con batir 30 segundos hasta que la miel se integre. La cantidad es pequeña a propósito; la idea es cubrir y realzar, no enmascarar.

Vierto la mezcla sobre las coles recién asadas en un bol amplio y mezclo con una cuchara grande para que el calor distribuya la salsa y la caramelización se atenúe ligeramente, dejando un brillo húmedo y sabroso. Sirve caliente: el contraste entre el calor y el balsámico resalta más que si se toma frío.

Para presentarlo, a menudo añado unas hojas tostadas o frutos secos para textura, pero eso ya queda en la sección de variantes. Evita salar en exceso hasta probar, porque el balsámico concentra sabores y puede necesitar menos sal de la habitual.

Notas, variantes y conservación

He probado varias alternativas y comparto las que mejor funcionan sin complicar la receta. Si buscas un perfil más dulce, aumenta la miel ligeramente; si prefieres acidez limpia prueba con un chorrito extra de vinagre balsámico al final. Ten en cuenta que el vinagre intenso puede dominar, así que ajusta con moderación.

Para una versión con más textura incorporo: una cucharada de almendras laminadas tostadas al final, o bacon crujiente picado si no sigues dieta vegetariana. También funcionan nueces o avellanas, que aportan contraste crujiente y notas tostadas que encajan con el asado.

Si quieres introducir hierbas, el tomillo fresco funciona muy bien; agrégalo justo al sacar del horno para que no se queme. El romero aporta aromas más robustos, úsalo con moderación. Para una opción más compleja prueba una cucharadita de mostaza Dijon mezclada con la miel y el balsámico.

Conservación: guarda las sobras en un recipiente hermético en el frigorífico hasta 3 días. Para recalentar, extiende las coles en una bandeja y hornéalas 5–8 minutos a 180 °C para recuperar parte del dorado; el microondas las ablanda demasiado y se pierde textura.

Preparación anticipada: puedes cortar y lavar las coles con 24 horas de antelación, pero sécalas bien y guárdalas en un paño en el frigorífico. No las aliñes ni añadas la salsa hasta justo antes de hornear y servir; así evitarás exceso de humedad y pérdida de crujiente.

Tabla nutricional

Por ración Valor % VD*
Calorías 160
Grasas 8 g 12%
Grasas saturadas 1 g 6%
Sodio 274 mg 12%
Potasio 624 mg 18%
Hidratos de carbono 18 g 6%
Fibra 6 g 25%
Azúcares 7 g 8%
Proteína 5 g 10%
Vitamina A 1195 IU 24%
Vitamina C 135 mg 164%
Calcio 67 mg 7%
Hierro 2.3 mg 13%

*Los valores porcentuales diarios se basan en una dieta de 2000 calorías.

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar coles de Bruselas congeladas?

No las recomiendo para esta preparación. Al descongelarse su estructura celular pierde agua y no alcanzan el mismo dorado ni la textura firme que otorga el asado en seco. En mi experiencia, las coles congeladas quedan más blandas y menos sabrosas.

Si sólo tienes congeladas, sécalas muy bien tras descongelar y reduce el tiempo de cocción; aun así, el resultado será distinto. Prefiero siempre frescas para este método.

Como alternativa práctica, compra frescas y córtalas el día anterior; mantienen mejor la textura y se asan de forma homogénea.

¿Cómo consigo un dorado más intenso sin que se quemen?

La clave es el espacio en la bandeja y la temperatura. Distribuye las coles en una sola capa y evita solaparlas. Un horno bien precalentado a 200 °C produce una reacción de Maillard que aporta ese color tostado.

Si al final del tiempo de cocción no están lo bastante doradas, acércalas al gratinador 20–60 segundos vigilando en todo momento. Nunca dejes la bandeja sin supervisión bajo el broiler; el paso es rápido y puede pasar de perfecto a quemado en segundos.

El aceite adecuado y la falta de agua en la superficie son también determinantes: si las coles están húmedas, se cocerán en lugar de dorarse.

¿Se puede preparar la mezcla de balsámico y miel con antelación?

Sí, puedes prepararla y tenerla en el frigorífico hasta 24 horas; sin embargo, la miel puede espesar en frío. Sácala unos minutos antes de usar y remueve para homogeneizar.

Otra opción es calentar ligeramente la mezcla para fluidificarla justo antes de añadirla a las coles. Evita calentar en exceso: el vinagre pierde parte de su brillo si hierves la mezcla.

En mi cocina la mezclo al momento para conservar el contraste entre la calidez de las coles y la frescura de la salsa.

¿Qué acompañamientos funcionan mejor?

Como guarnición, estas coles combinan con carnes asadas, pescados al horno o platos de legumbres. La nota dulce‑ácida limpia el paladar y contrasta con proteínas grasas.

También funcionan muy bien en una ensalada templada con queso cremoso y frutos secos, o junto a una sartén de arroz integral para una comida completa y equilibrada.

Personalmente las sirvo en cenas informales y en celebraciones donde necesito una guarnición que guste a públicos variados: son una apuesta segura.

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Lucia Gomez

Lucía Gomez es cocinera doméstica avanzada y redactora gastronómica centrada en cocina accesible: rápidas, saludables, repostería y batch cooking. Su metodología prioriza ingredientes asequibles, técnicas replicables y tiempos verificados en cocina real. Cada receta incluye lista de ingredientes clara, pasos numerados, variantes por alergias o preferencias y consejos de presentación sin artificios. Lucía dirige la línea editorial de fichas “smart” con tarjeta de información (porciones, tiempos, conservación) y tablas de nutrición aproximada. Apuesta por la recuperación de recetas tradicionales con enfoques modernos (airfryer, olla lenta) y por minimizar desperdicio con reaprovechamientos. Su comunidad valora su tono cercano, los resultados consistentes y su obsesión por testear medidas y horneados para evitar errores comunes.

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