Receta: Curry de Garbanzos Cremoso y Saludable

Cremoso, aromático y fácil: mi versión del curry de garbanzos que funciona en casa. Ingredientes, pasos numerados, variantes y tabla nutricional para cocinar con confianza.

Este curry de garbanzos es mi versión cremosa y equilibrada de un clásico reconfortante: salsa aterciopelada, especias tostadas y garbanzos que absorben sabor. Lo preparo con ingredientes sencillos y unas técnicas que garantizan textura y aroma sin complicaciones.

Ficha de la receta

Presento la receta lista para seguir: tiempos reales, raciones y valores energéticos por ración. Esta ficha resume lo esencial para organizar la cocción y acompañamientos.

  • Preparación: 15 minutos
  • Cocción: 30 minutos
  • Listo en: 45 minutos
  • Raciones: 5 (o 4 raciones generosas)
  • Calorías por ración: 421 kcal

Prefiero servirlo con basmati al vapor o con pan naan para mojar. La salsa gana profundidad cuando permites que repose unos minutos antes de servir; eso ayuda a que las especias se integren y el garbanzo absorba el líquido. En mi experiencia, una textura ligeramente más espesa es más satisfactoria, pero doy opciones para quien prefiera la versión más ligera.

Para ajustar picante o intensidad conviene modular la cayena y la cantidad de pimienta. Si buscas un perfil más ahumado, añade una pizca de pimentón ahumado opcional; si prefieres un acabado más fresco, exprime más lima al final y añade cilantro al gusto.

Ingredientes

Reúne los condimentos y productos básicos antes de empezar: tener las especias medidas y las latas listas acelera el proceso y evita sobrecocinar los aromáticos. La lista siguiente reproduce las cantidades de la receta tal y como funcionan en mi cocina.

  • 2 tsp ground coriander
  • 2 tsp ground cumin
  • 3/4 tsp turmeric
  • 1/2 tsp fennel seeds, crushed
  • 1/2 tsp ground cinnamon
  • 1/2 tsp mustard powder
  • 1/4 tsp ground cloves
  • 1/4 tsp cardamom (opcional)
  • 1/4 tsp smoked paprika (opcional)
  • Salt and pepper, to taste
  • Cayenne pepper, to taste
  • 2 Tbsp olive oil
  • 1 1/2 cups chopped yellow onion (1 medium)
  • 1 1/2 Tbsp minced garlic (about 4 cloves)
  • 1 Tbsp peeled and minced fresh ginger (1-inch knob)
  • 1 (14.5 oz) can fire roasted diced tomatoes
  • 1 (14 oz) can coconut milk
  • 2 (15 oz) cans chickpeas, drained and rinsed
  • 1 Tbsp fresh lime juice (or lemon)
  • 1/4 cup cilantro leaves

Especias y su función en la receta

Las especias no son un simple adorno: construyen la columna vertebral del plato. El cilantro y el comino aportan la base terrosa; la cúrcuma da color y un matiz cálido; el hinojo introduce un tono dulzón anisado que equilibra la acidez del tomate.

Al tostar ligeramente las especias en la sartén con los aromáticos se liberan aceites esenciales que multiplican el aroma. Por eso, en esta receta sugiero añadirlas al final del salteado de cebolla y cocina breve: 30 segundos basta para «despertarlas» sin que se quemen.

Si no tienes todas las especias, existen alternativas prácticas: mezclas preparadas como garam masala o curry en polvo funcionan, pero cambian el perfil de sabor. En la sección de notas explico proporciones y precauciones para sustituir sin perder el equilibrio.

Aromáticos y bases líquidas

La cebolla, el ajo y el jengibre son la base aromática. Dorarlos suavemente antes de añadir las especias es clave: la ligera caramelización intensifica dulzor y complejidad. Evita temperaturas excesivas que quemen el ajo, ya que deja amargor.

Los tomates asados en lata aportan acidez y umami; uso la versión «fire roasted» porque añade un matiz ligeramente ahumado que compensa la suavidad de la leche de coco. La leche de coco entera aporta cremosidad y cuerpo; si buscas reducir calorías, puedes usar una versión ligera, pero la textura será menos densa.

Por último, las conservas de garbanzos facilitan la receta: las enlatadas deben escurrirse y enjuagarse para eliminar exceso de sal y líquido de conservación. Si empleas garbanzos cocidos caseros, ajusta la cantidad a 3 tazas cocidas.

Preparación — pasos claros y numerados

Organizo la preparación en pasos sencillos, pensados para que cualquier persona no técnica los siga con seguridad. Sigo el orden de aromáticos, especias, líquidos, triturado y cocción final con garbanzos.

  1. Medir y mezclar las especias en un bol: ground coriander, ground cumin, turmeric, crushed fennel seeds, ground cinnamon, mustard powder, ground cloves, cardamom (opcional), smoked paprika (opcional), sal, pimienta y cayena al gusto.
  2. Calentar 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén grande (12 pulgadas) o una olla a fuego medio-alto. Añadir la cebolla picada y saltear hasta que esté ligeramente dorada, aproximadamente 5–6 minutos.
  3. Incorporar el ajo y el jengibre picados y saltear 1 minuto más. Reducir el fuego a medio y añadir la mezcla de especias; saltear 30 segundos hasta que desprendan aroma.
  4. Verter la lata de tomates asados y la leche de coco, mezclar y llevar a un hervor suave. Bajar el fuego a bajo, cubrir y dejar cocer 10 minutos para que los sabores se integren.
  5. Con cuidado, transferir la mezcla al vaso de la batidora. Retirar el inserto central de la tapa y cubrir con un paño para que escape vapor. Triturar a baja velocidad hasta obtener una salsa homogénea y sedosa.
  6. Volver la salsa a la sartén, añadir los garbanzos escurridos y enjuagados, sazonar con sal al gusto. Tapar dejando la tapa entreabierta para que escape vapor y cocinar a fuego lento, removiendo de vez en cuando, unos 10 minutos para que la salsa reduzca y los garbanzos absorban sabor.
  7. Remover el zumo de lima, ajustar sazón y servir templado sobre arroz o con pan. Espolvorear cilantro fresco al servir.

Trucos paso a paso que aplico siempre

Medir las especias por adelantado evita prisas y errores al cocinar. Yo coloco cada ingrediente en cucharillas o en boles pequeños antes de empezar; asegura ritmo y control de intensidad.

Cuando saltees la cebolla, paciencia: el ligero dorado aporta profundidad. Subir demasiado el fuego puede dorar por fuera sin ablandar el interior; baja el fuego si ves que se pega. Pequeños ajustes de temperatura marcan la diferencia.

Al batir la salsa caliente, usa una velocidad baja y deja escapar el vapor para evitar salpicaduras. Yo retiro el centro de la tapa y cubro con un paño: es simple y seguro.

Consejos de cocción y presentación

Para una salsa más líquida añade un poco del líquido reservado de los garbanzos o caldo vegetal; para espesar cocina sin tapa unos minutos hasta obtener la textura deseada. Personalmente prefiero que la salsa peine el arroz, no que lo inunde.

Rectificar la sal y la acidez al final es crucial: la lima fresca eleva el plato. Empieza con 1 cucharada y ajusta; a menudo un toque extra transforma el resultado.

Si quieres un acabado brillante, añade unas gotas de aceite neutro o un chorrito de leche de coco adicional justo antes de servir. El cilantro fresco siempre aporta contraste herbal, pero puedes sustituir por perejil si lo prefieres.

Notas, variantes y conservación

A continuación detallo opciones prácticas para adaptar la receta sin perder su esencia, cómo conservar y errores comunes con soluciones sencillas. Esta sección recoge las preguntas que suelen surgir en mi cocina.

Variantes recomendadas

Puedes añadir verduras que mantengan su textura: coliflor, guisantes, judías verdes, pimiento rojo o boniato funcionan muy bien. Si usas patata, conviene precocinarla casi por completo antes de incorporarla a la salsa para evitar que se deshaga.

Incorporar lentejas cocidas (enlatadas o caseras) cerca del final enriquece la proteína y da otra capa de textura. Las lentejas rojas se deshacen más; las pardas o verdes mantienen mejor la forma.

Si prefieres concentrar el sabor, comienza con especias enteras y muélelas justo antes de usarlas; el aroma será más intenso. No obstante, esto requiere molinillo y algo más de tiempo.

Conservación y congelación

El curry se conserva bien: en nevera dura 3–4 días en recipiente hermético. Para recalentar, calienta a fuego medio-bajo removiendo para que la textura vuelva a ser homogénea.

Se puede congelar hasta 3 meses en envases aptos, dejando algo de espacio arriba para la expansión del líquido. Yo suelo congelar en raciones individuales para descongelar una sola porción cuando lo necesito.

Al descongelar, hazlo en nevera la noche anterior o calienta directamente en cazuela a fuego lento para recuperar cremosidad; añade un chorrito de agua o leche de coco si ha espesado demasiado.

Errores comunes y cómo evitarlos

Evitar cocinar demasiado la leche de coco a fuego fuerte, porque puede cortarse. Mantén fuego bajo tras añadir los líquidos y cocina sin prisa.

No batir en exceso la salsa si usas una batidora de alta potencia, porque generará demasiado calor; mejor hacerlo en dos tandas si la cantidad es grande y utilizar velocidad baja.

Si la salsa queda insípida, revisa sal y acidez: una cucharada extra de lima o limón siempre despierta el conjunto. Ajustar al final es mi regla básica.

Tabla nutricional

Valores aproximados por ración según la receta tal cual. Útiles para planificar menús, aunque son estimaciones.

Concepto Por ración % VD*
Calorías 421 kcal
Grasas 26 g 40%
Grasas saturadas 16 g 100%
Sodio 444 mg 19%
Potasio 587 mg 17%
Hidratos de carbono 39 g 13%
Fibra 10 g 42%
Azúcares 5 g 6%
Proteínas 12 g 24%
Vitamina A 482 IU 10%
Vitamina C 12 mg 15%
Calcio 138 mg 14%
Hierro 6 mg 33%

*Los porcentajes diarios están basados en una dieta de 2000 kcal y son aproximados.

Preguntas frecuentes

¿Se puede congelar el curry?

Sí, el curry congela bien hasta 3 meses. Para congelarlo prefiero porciones individuales: así descongelo solo lo necesario y evito desperdicios. Deja siempre un pequeño espacio en el recipiente para que el líquido se expanda al congelarse.

Al recalentar, hazlo a fuego lento removiendo de vez en cuando; si ha espesado demasiado, añado un poco de agua o leche de coco para recuperar la textura. Evita microondas a máxima potencia que pueden resecar la salsa.

Si lo congelas con arroz, separa el arroz de la salsa cuando sea posible; la textura del arroz cambia al descongelar y puede quedar demasiado blando.

¿Puedo usar garbanzos cocidos en casa en lugar de enlatados?

Claro. Si optas por garbanzos caseros, usa unas 3 tazas cocidas para equivaler a las 2 latas indicadas. Los garbanzos caseros suelen tener menos sodio, por lo que tendrás que rectificar la sal al final.

Además, el líquido de cocción de garbanzos (aquafaba) puede ajustarse para afinar la textura de la salsa si buscas una versión más ligera o un toque de sabor extra.

Ten en cuenta que los garbanzos caseros permanecen más firmes o más suaves según el tiempo de cocción; añade los que estén en su punto en el último tramo para evitar que se deshagan.

¿Puedo sustituir la mezcla de especias por curry en polvo o garam masala?

Sí, puedes usar 2 cucharaditas de cada uno (garam masala y curry powder) como atajo. Será más rápido, pero el perfil de sabor cambiará y puede ser más picante o más dulce según la mezcla comercial.

Mi recomendación es emplear estas mezclas cuando te falta alguna especia en casa; prueba primero con la mitad de la cantidad sugerida y rectifica al gusto para evitar que el plato quede demasiado cargado.

Usar especias enteras recién molidas aporta mayor intensidad, pero requiere tiempo y equipo. Si dispones de ellos, muélelas justo antes de usarlas para el mejor resultado.

¿Cómo ajustar la textura de la salsa?

Para una salsa más espesa, cocina destapado unos minutos hasta que reduzca; para una más ligera, añade líquido: caldo vegetal o un poquito del líquido de los garbanzos funcionan bien. Evita añadir demasiado de golpe.

Si quieres una textura ultra suave, tritura la mezcla hasta conseguirla. Si prefieres trozos, procesa menos tiempo o reserva parte de la salsa sin triturar y mézclala al final.

Mi regla práctica: ajustar al final con pequeñas cantidades y probar en cada paso hasta lograr la consistencia deseada.

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Lucia Gomez

Lucía Gomez es cocinera doméstica avanzada y redactora gastronómica centrada en cocina accesible: rápidas, saludables, repostería y batch cooking. Su metodología prioriza ingredientes asequibles, técnicas replicables y tiempos verificados en cocina real. Cada receta incluye lista de ingredientes clara, pasos numerados, variantes por alergias o preferencias y consejos de presentación sin artificios. Lucía dirige la línea editorial de fichas “smart” con tarjeta de información (porciones, tiempos, conservación) y tablas de nutrición aproximada. Apuesta por la recuperación de recetas tradicionales con enfoques modernos (airfryer, olla lenta) y por minimizar desperdicio con reaprovechamientos. Su comunidad valora su tono cercano, los resultados consistentes y su obsesión por testear medidas y horneados para evitar errores comunes.

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