Receta: Pollo al horno con verduras de raíz

Cena fácil y sabrosa: pollo con verduras de raíz asadas en una sola bandeja. Técnicas claras, temperaturas en °C y consejos para piel crujiente y conservación.

Ficha rápida

Pollo al horno con verduras de raíz: una cena de una sola bandeja, sabrosa y práctica para cualquier noche. Lo preparo cuando quiero un plato contundente sin complicaciones y con mínimo fregoteo.

  • Raciones: 5
  • Preparación: 20 minutos
  • Cocción: 35–40 minutos
  • Tiempo total: 55 minutos
  • Temperatura del horno: 245 °C (posición media-alta del horno)
  • Calorías por ración: 662 kcal

El objetivo de esta receta es sencillo: pollo jugoso con piel crujiente y verduras asadas que se caramelizan en los jugos. Trabajo con ingredientes básicos —coles de Bruselas, patata roja, zanahoria, chalotas y ajo— y una mezcla de mantequilla con tomillo y romero para aromatizar el pollo sin enmascarar los vegetales.

Ingredientes

He organizado la lista de ingredientes tal y como la uso en la cocina, con las cantidades exactas y las opciones para hierbas secas si no tienes frescas a mano. Mantengo las medidas originales pero añado equivalencias aproximadas en sistema métrico cuando es práctico para facilitar su uso en España.

  • 340 g de coles de Bruselas (12 oz), limpias, cortadas por la mitad
  • 340 g de patatas rojas (12 oz), con piel, cortadas en cubos de 2–3 cm
  • 6 chalotas, peladas y partidas por la mitad longitudinalmente
  • 4 zanahorias medianas, peladas y cortadas en trozos de 5 cm; extremos gruesos a la mitad
  • 6 dientes de ajo, pelados
  • 1 cucharada (15 ml) de aceite vegetal
  • 4 cucharaditas de tomillo fresco picado o 1 1/2 cucharadita seco, dividido
  • 2 cucharaditas de romero fresco picado o 3/4 cucharadita seco, dividido
  • 1 cucharadita de azúcar
  • Sal y pimienta al gusto (se sugiere comenzar con 3/4 cucharadita de sal y 1/4 cucharadita de pimienta para las verduras; ajustar al final)
  • 2 cucharadas (≈30 g) de mantequilla sin sal, derretida
  • 1,1–1,4 kg de muslos de pollo con hueso y piel (2,5–3 lbs)

Consejos breves sobre los ingredientes: prefiero coles de Bruselas firmes y pequeñas; si son muy grandes, córtalas en cuartos para que asen con el mismo ritmo que las patatas. Las chalotas aportan dulzor y caramelizan muy bien; si no tienes, media cebolla dulce en gajos es una alternativa aceptable. El azúcar es un toque pequeño para favorecer el caramelizado de las verduras, no endulza el plato.

Hierbas y grasa: por qué la mantequilla importa

Uso mantequilla derretida para pincelar el pollo porque aporta sabor y ayuda a que la piel tome un color dorado más uniforme. La combinación de tomillo y romero es tradicional en asados y funciona con las verduras y el pollo sin competir con ellos.

Si solo tienes hierbas secas, multiplica por aproximadamente 3 la cantidad de fresca indicada en la receta; por eso la receta ofrece ambas opciones. Divido las hierbas: una parte en las verduras y otra en la mantequilla para el pollo, así hay continuidad aromática en todo el asado.

El aceite vegetal en las verduras evita que se peguen y facilita el dorado; la mantequilla, por el contrario, la reservo para el pollo porque al mezclarse con los jugos del asado forma una capa sabrosa sobre la piel.

Preparación y pasos

A continuación detallo los pasos numerados y, justo después, explico con más detalle cómo preparar cada tramo de la receta. Sigo un orden pensado para minimizar manipulación y conseguir verduras bien asadas junto a un pollo jugoso.

  1. Ajusta la rejilla del horno a la posición media-alta y precalienta a 245 °C.
  2. En un bol grande mezcla coles de Bruselas, patatas, chalotas, zanahorias, ajos, aceite, 2 cucharaditas de tomillo fresco (o 3/4 cucharadita seco), 1 cucharadita de romero fresco (o 3/8 cucharadita seco), azúcar, 3/4 cucharadita de sal y 1/4 cucharadita de pimienta. Mezcla bien.
  3. En un cuenco pequeño combina la mantequilla derretida con las 2 cucharaditas restantes de tomillo, 1 cucharadita restante de romero, 1/4 cucharadita de sal y 1/8 cucharadita de pimienta. Seca el pollo con papel y sazona con sal y pimienta.
  4. Extiende las verduras en una sola capa sobre una bandeja de horno de 46 x 33 cm (18 x 13 pulgadas), colocando las coles de Bruselas en el centro.
  5. Coloca el pollo (pechugas en el centro y muslos/piernas en el perímetro). Si solo usas muslos, dispónlos sobre las coles como punto caliente central.
  6. Pincela el pollo con la mantequilla de hierbas. Asa hasta que la pechuga alcance 74 °C y los muslos/piernas 79 °C, aproximadamente 35–40 minutos, girando la bandeja a mitad de cocción.
  7. Saca la bandeja, cubre ligeramente con aluminio y deja reposar 5 minutos. Retira el pollo, mezcla las verduras con los jugos de la bandeja, ajusta de sal y pimienta y sirve.

Preparar el horno y las verduras

El precalentamiento a 245 °C es clave: una temperatura alta permite que las verduras se doren rápido y que la piel del pollo se torne crujiente sin secar la carne. Coloca la rejilla en la posición media-alta para equilibrar la radiación superior e inferior del horno.

Al cortar las verduras con tamaños similares (cubos de patata de 2–3 cm, zanahorias en trozos de 5 cm, coles por la mitad) garantizas una cocción homogénea. Si alguna pieza es mucho más grande que las demás, se puede cortar para igualar tiempos.

Distribuye las coles de Bruselas en el centro de la bandeja: el centro del horno suele ser ligeramente menos caliente que los bordes, así evitas que las coles se pasen mientras el pollo y las patatas terminan de dorarse en el perímetro.

Preparar el pollo y montar la bandeja

Secar bien la piel del pollo con papel de cocina ayuda a lograr ese acabado crujiente que todos buscamos. La mezcla de mantequilla y hierbas se aplica sobre la piel antes de hornear; la grasa de la mantequilla favorece la caramelización y el sabor.

Si colocas pechugas, sitúalas en el centro; muslos y piernas al borde de la bandeja se beneficiarán de una mayor radiación y dorado. En mi experiencia, cuando sólo uso muslos los coloco sobre las coles para concentrar los jugos y ahorrar espacio en la bandeja.

Procura que nada quede amontonado: una capa única facilita la circulación del aire caliente y asegura una textura dorada por todos lados. Si la bandeja parece demasiado llena, es preferible hacer dos tandas o usar una bandeja mayor.

Cocción, reposo y servicio

Asar a 245 °C entre 35 y 40 minutos suele funcionar para las cantidades indicadas. Gira la bandeja a mitad de cocción para compensar variaciones del horno; esto ayuda a que todo se dore de forma uniforme.

Utiliza un termómetro de sonda si tienes: 74 °C para pechuga y 79 °C para muslos/piernas son las temperaturas seguras que garantizan jugosidad. Si no tienes termómetro, comprueba que los jugos salgan claros y que la piel esté bien dorada.

Dejar reposar 5 minutos con la bandeja tapada ligeramente con aluminio concentra los jugos en la carne. Después saco el pollo, mezclo las verduras con los jugos del asado y corrijo punto de sal y pimienta antes de emplatar.

Notas, variantes y conservación

He reunido aquí observaciones prácticas que me ayudan a adaptar la receta según la despensa y las necesidades del momento. Son pequeñas decisiones que mejoran el resultado sin complicar el proceso.

Variantes de verduras: puedes sustituir patatas rojas por otras variedades firmes o incorporar chirivía en lugar de una parte de las zanahorias para un perfil más terroso. Evita verduras muy delicadas (como calabacín) en la misma bandeja a la vez porque se deshacen antes de que el pollo termine.

Pollo: esta receta está pensada para muslos con piel y hueso. Si optas por pechuga deshuesada con piel, vigila la temperatura y reduce ligeramente el tiempo para evitar que quede seco. Para una versión sin piel, el dorado no será igual; aumenta un poco la mantequilla sobre la carne para añadir grasa y sabor.

Pasos que no conviene saltarse: pincelar con la mantequilla de hierbas y girar la bandeja a mitad de cocción. Ambos gestos influyen claramente en el color final y en la uniformidad de la cocción.

Conservación y recalentado: guarda las sobras en un recipiente hermético en el frigorífico hasta 3 días. Para recalentar, separa las verduras del pollo si quieres recuperar algo de crujiente; calienta en horno a 180 °C unos 10–15 minutos hasta que esté caliente. Evita el microondas si buscas textura, aunque funciona en situaciones de prisa.

Errores comunes: no secar la piel del pollo, amontonar las verduras en la bandeja o asar a temperatura baja. Esos tres fallos reducen el contraste entre una piel crujiente y una carne jugosa, y hacen que las verduras queden cocidas pero sin color.

Tabla nutricional (por ración)

Los valores son estimaciones y reflejan la receta tal como está planteada.

Concepto Por ración
Calorías 662 kcal
Grasas 45 g
Grasas saturadas 15 g
Colesterol 234 mg
Sodio 232 mg
Potasio 1184 mg
Hidratos de carbono 23 g
Fibra 5 g
Azúcares 4 g
Proteína 41 g

Además aporta vitaminas A y C en cantidades destacables gracias a las zanahorias y las coles de Bruselas. Si necesitas un perfil más bajo en grasas, reduce la mantequilla y sustituye parte por aceite de oliva, aunque el color y la textura de la piel variarán.

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar pechuga en lugar de muslos?

Sí, se puede, pero con matices. La pechuga tiende a secarse antes que los muslos porque tiene menos grasa y fibras diferentes. Si eliges pechuga con piel y hueso tendrás un resultado más cercano al original.

Para pechugas deshuesadas y sin piel reduce el tiempo de horneado y vigila con termómetro: 74 °C sigue siendo la temperatura recomendada para carne blanca. Aplica la mantequilla de hierbas y retira del horno tan pronto como alcance la temperatura deseada.

Si tu objetivo es jugosidad máxima, los muslos con hueso son mi opción preferida. Si prefieres una opción más magra, ajusta la técnica: pincela con mantequilla y añade un minuto a la pausa de reposo para que los jugos se redistribuyan.

¿Qué otras verduras funcionan bien en la bandeja?

Verduras firmes y de raíz son ideales: nabos, chirivías, remolacha (usar con cuidado por color), e incluso boniato si quieres una nota dulce. Estas resisten la temperatura alta y se doran correctamente.

Evita verduras que suelten mucha agua y se cocinen demasiado rápido, como el calabacín o las espinacas. Si quieres añadir verduras delicadas, cocínalas aparte o incorpóralas en los últimos 10–15 minutos de cocción.

La clave es cortar en tamaños similares para que todo termine al mismo tiempo. Si mezclas piezas muy pequeñas con otras grandes, unas se quemarán mientras otras siguen crudas.

¿Cómo consigo la piel del pollo bien crujiente?

Secar la piel antes de sazonar es fundamental: la humedad impide que se dore. Usa papel absorbente y deja la piel lo más seca posible antes de aplicar la mantequilla y las hierbas.

La temperatura alta (245 °C) favorece el dorado rápido. Pincelar con mantequilla antes de hornear añade grasa y sabor; si quieres aún más crujiente, sube la temperatura los últimos 5 minutos o activa grill unos instantes vigilando muy de cerca para evitar que se queme.

También ayuda no tapar el pollo con papel hasta después del reposo; el vapor que se genera al cubrirlo inmediatamente volvería blanda la piel. El reposo ligero de 5 minutos es suficiente para asentar los jugos sin comprometer la textura exterior.

¿Cómo conservo y reaprovecho las sobras?

Conservo las sobras en un recipiente hermético en el frigorífico hasta 3 días. Si tengo previsto recalentar, separo verduras y pollo: las verduras se rehidratan rápido, el pollo recobra mejor la textura si se calienta al horno.

Para recalentar en horno, precalienta a 180 °C y calienta 10–15 minutos; así recuperas algo de crujiente. En microondas se pierde textura pero es efectivo si tienes prisa; añade un chorrito de agua o caldo para evitar que la carne quede demasiado seca.

Las sobras también funcionan bien en ensaladas tibias: desmenuza el pollo y mezcla con las verduras calientes sobre hojas verdes, añade un chorrito de vinagreta y tendrás una comida nueva y equilibrada.

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Lucia Gomez

Lucía Gomez es cocinera doméstica avanzada y redactora gastronómica centrada en cocina accesible: rápidas, saludables, repostería y batch cooking. Su metodología prioriza ingredientes asequibles, técnicas replicables y tiempos verificados en cocina real. Cada receta incluye lista de ingredientes clara, pasos numerados, variantes por alergias o preferencias y consejos de presentación sin artificios. Lucía dirige la línea editorial de fichas “smart” con tarjeta de información (porciones, tiempos, conservación) y tablas de nutrición aproximada. Apuesta por la recuperación de recetas tradicionales con enfoques modernos (airfryer, olla lenta) y por minimizar desperdicio con reaprovechamientos. Su comunidad valora su tono cercano, los resultados consistentes y su obsesión por testear medidas y horneados para evitar errores comunes.

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