Receta: Strata al horno con espinacas y jamón

Una strata sabrosa y fácil: pan denso, espinacas, jamón y cheddar en una custard de huevo. Ideal preparada la noche antes; explico sustituciones, conservación y cómo lograr la textura perfecta.

Tiempo: 25 minutos preparación • 1 h 5 min cocción • Listo en 1 h 30 min

Raciones: 10

Calorías: 380 por ración

Me gusta preparar esta strata cuando quiero un desayuno salado, reconfortante y fácil de dejar listo la noche anterior. Combina pan denso, verduras salteadas, jamón y queso cubiertos por una mezcla de huevo y lácteos que se asienta en el horno formando una textura cremosa por dentro y dorada por fuera. En casa la uso tanto para celebraciones como para aprovechar restos de pan y embutido.

Ingredientes

Detalle de ingredientes y por qué funcionan

He seleccionado ingredientes que aportan estructura, jugosidad y sabor en capas. Los huevos y la mezcla de leche y nata actúan como una natilla que une el pan y relleno: los huevos proporcionan cuerpo y coagulan durante el horneado, mientras que la leche y la nata añaden humedad y cremosidad para evitar que el interior quede seco.

El pan elegido debe ser denso y con miga algo firme; por eso recomiendo pan italiano o francés tipo baguette con varios días de secado. El pan un poco seco absorbe mejor el líquido sin deshacerse en puré, lo que garantiza trozos definidos en cada porción.

Las verduras y la proteína aportan textura y contraste de sabor. La cebolla y el pimiento se sofríen primero para concentrar su sabor; las espinacas, apenas incorporadas, mantienen su verdor y nutrientes. El jamón da salinidad y sustancia, y el cheddar añade el punto graso y un sabor marcado que casa bien con la mostaza Dijon, usada aquí en pequeña cantidad como fondo de sabor.

  • 8 huevos grandes
  • 2 tazas (≈480 ml) de leche entera
  • 1/2 taza (≈120 ml) de nata espesa (heavy cream)
  • 1 cucharada de mostaza Dijon
  • 1/2 cucharadita de copos de guindilla roja (opcional)
  • Sal y pimienta negra recién molida al gusto
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 1 1/4 tazas de cebolla amarilla picada
  • 1 1/4 tazas de pimiento rojo picado
  • 170 g de espinacas (6 oz; ≈6 tazas apretadas)
  • 2 tazas de jamón picado
  • 3 cucharadas de perejil picado
  • 340 g de pan italiano denso, en cubos de 2 cm (12 oz; ≈8 tazas)
  • 1 1/4 tazas de cheddar blanco fuerte rallado

Preparación paso a paso

Salteado y preparación de la mezcla de huevo

Comienzo siempre por la mezcla líquida porque necesita reposar y airearse brevemente: en un bol amplio bato los huevos con la leche, la nata y la cucharada de mostaza Dijon. Añado los copos de guindilla si quiero un toque cálido y rectifico de sal y pimienta. Volver a batir justo antes de verter ayuda a homogeneizar la proporción de huevo y lácteos.

En una sartén grande derrito la mantequilla a fuego medio-alto y saco todo el potencial de la cebolla y el pimiento; los dejo hasta que estén ligeramente dorados y tiernos, removiendo de vez en cuando para que suelten sus azúcares y no se quemen. Este salteado aporta la base aromática que hará la diferencia en cada bocado.

Añado las espinacas al final del salteado y las dejo apenas hasta que se marchiten, un minuto aproximadamente. Al estar tan hidratadas y voluminosas, las espinacas ocupan poco espacio una vez cocinadas pero mantienen color y nutrientes. Retiro la sartén del fuego y mezclo con el jamón y el perejil, dejándolo templar ligeramente antes de montar la cazuela.

  1. Engrasa una fuente de 33 x 22 cm (13 x 9 pulgadas) con spray antiadherente o mantequilla.
  2. Prepara y bate la mezcla de huevos, leche, nata, mostaza, copos de guindilla, sal y pimienta; reserva.
  3. En una sartén, derrite la mantequilla y sofríe la cebolla y el pimiento ~10 minutos hasta que estén dorados y tiernos.
  4. Añade las espinacas y saltea hasta que se marchiten (~1 minuto); retira del fuego y mezcla con jamón y perejil.

Montaje, reposo y horneado

Distribuyo la mitad de los cubos de pan en el fondo de la fuente de manera uniforme. Encima coloco la mitad de la mezcla de verduras y jamón, y espolvoreo la mitad del queso. Repito las capas con el resto del pan, las verduras y el queso, asegurándome de que la distribución sea homogénea para un cuajado uniforme.

Vuelvo a batir la mezcla de huevo y la vierto con cuidado sobre toda la superficie. Presiono ligeramente con las manos para que los cubos se sumerjan y absorban el líquido. Este paso es clave: si el pan no queda bien impregnado, el interior quedará seco y desigual.

Cubro la fuente y la refrigero al menos 1 hora, aunque dejarla toda la noche mejora la hidratación del pan y concentra sabores. Al momento de hornear, precaliento el horno a 180 °C. Saco la strata del frigorífico para que pierda el frío excesivo y la introduzco en el horno precalentado.

  1. Dispón la primera capa de pan en la fuente y añade la mitad del salteado y del queso.
  2. Repite las capas y vierte la mezcla de huevo por encima; presiona para que el pan se empape bien.
  3. Cubre y refrigera mínimo 1 hora o toda la noche para mejores resultados.
  4. Precalienta el horno a 180 °C y hornea hasta que el centro esté firme, aproximadamente 50–60 minutos.
  5. Deja reposar unos minutos antes de cortar en porciones y servir caliente.

Cómo comprobar el punto de cocción

El indicador más fiable es la textura: el centro debe aparecer hinchado y firme al tacto; al insertar un palillo o brocheta, no debe salir con huevo líquido visible (una ligera humedad es aceptable). Evita hornear en exceso: una strata reseca pierde la cremosidad característica.

Si prefieres una guía numérica y usas termómetro, el centro debe haber alcanzado una temperatura estable que indique que la custard ha cuajado. En ausencia de termómetro, fíate de la firmeza y del color dorado en la superficie; la pieza se asentará y seguirá cocinándose levemente con el calor residual al sacarla del horno.

Al sacar la fuente, deja reposar unos minutos para que las capas se asienten y sea más fácil cortar porciones limpias. Servirla templada potencia la textura cremosa interna junto al borde ligeramente crujiente.

Notas, variantes y conservación

Alternativas e intercambios prácticos

Una de las virtudes de la strata es su flexibilidad: puedes sustituir el jamón por 450 g de salchicha cocinada o por 10 lonchas de bacon previamente crujiente. Del mismo modo, si no tienes cheddar, el gruyère es una excelente alternativa por su fundente y sabor ligeramente dulce.

En verduras, la espinaca puede sustituirse por kale bebé o por acelgas troceadas; ten en cuenta que hojas más firmes requieren un salteado algo más largo para ablandarlas. El pimiento rojo aporta dulzor y color, pero cualquier pimiento disponible funciona; la cebolla roja también vale si prefieres su perfil más pronunciado.

Para variar la mezcla líquida ajusta la proporción de lácteos: si la quieres más ligera, reduce la nata; si buscas una textura más rica, aumenta la nata hasta 1 taza y utiliza 1 1/2 tazas de leche en su lugar. Si prefieres una strata menos húmeda, añade 1/4 taza menos de líquido y comprueba la absorción durante el reposo.

Conservación y recalentado

Guarda las sobras en el frigorífico dentro de las dos horas posteriores al horneado, bien cubiertas o en un recipiente hermético. En frío se mantiene 3–4 días, lo que la convierte en una solución práctica para comidas rápidas durante la semana.

Para congelar, corta en porciones y envuelve cada una con film y papel de aluminio o utiliza recipientes aptos para congelador; puede conservarse hasta 3 meses. Descongela en la nevera antes de recalentar para asegurar una textura más uniforme.

Recalentado rápido: porción individual en microondas. Recalentado más uniforme: coloca porciones en una fuente apta para horno, cubre con papel de aluminio y calienta a 180 °C hasta que esté completamente caliente, entre 15 y 30 minutos según el tamaño.

Errores comunes y cómo evitarlos

Un fallo habitual es usar pan demasiado blando y fresco: absorberá exceso de líquido y se deshará. Si sólo tienes pan fresco, seca los cubos en el horno a 150 °C unos 10–15 minutos o déjalos reposar en una bolsa de plástico abierta 24–48 horas para que pierdan humedad.

No presionar lo suficiente el pan en la mezcla de huevo resulta en zonas poco hidratadas. Presiona con las manos o con una espátula para que los cubos queden bien embebidos. Si después del reposo ves puntos secos, espolvorea un poco de leche y deja reposar 15–20 minutos antes de hornear.

Otro error es hornear a temperatura muy alta para acelerar el proceso: la superficie puede dorarse demasiado mientras el centro queda crudo. Mantén una temperatura moderada y respeta el tiempo estimado para obtener una textura homogénea.

Información nutricional

Datos por ración y consideraciones

Los valores siguientes corresponden a una ración estándar de esta strata. Proporcionan una idea del aporte energético y de macronutrientes para quien controla calorías o gestiona macros: calorías, grasas, proteínas y carbohidratos principales.

Ten en cuenta que el contenido final varía según las marcas de ingredientes y sustituciones (por ejemplo, usar nata extra o cambiar el tipo de queso). Si necesitas precisión, calcula con las etiquetas de tus productos o usa una herramienta de composición de alimentos.

Estos datos están pensados como referencia. Ajusta las porciones y los acompañamientos si buscas reducir grasa o sal; por ejemplo, cambia la nata por más leche, usa jamón bajo en sal o reduce la cantidad de queso.

Concepto Por ración
Calorías 380
Grasas 22 g
Grasas saturadas 11 g
Grasas trans 1 g
Colesterol 209 mg
Sodio 769 mg
Potasio 479 mg
Hidratos de carbono 25 g
Fibra 2 g
Azúcar 15 g
Proteínas 20 g
Vitamina A 3002 IU
Vitamina C 32 mg
Calcio 222 mg
Hierro 2 mg

Preguntas frecuentes

¿Puedo preparar la strata el mismo día o es mejor dejarla reposar toda la noche?

Se puede hornear tras una hora en frío y el resultado será perfectamente aceptable. Sin embargo, dejarla reposar toda la noche intensifica el sabor y asegura que el pan absorba por completo la mezcla de huevo y lácteos, lo que suele dar una textura más uniforme y jugosa.

Si vas a dejarla toda la noche, cúbrela bien para evitar olores en el frigorífico. A la mañana siguiente sáquela unos minutos antes de hornear si el centro está muy frío para evitar un tiempo de cocción excesivo.

Para un evento temprano, montar la strata la noche anterior es la forma más cómoda: solo tendrás que precalentar el horno y hornearla por la mañana, liberando tiempo para otros preparativos.

¿Qué tipo de pan debo usar y puedo usar pan integral?

Recomiendo pan con miga cerrada y cierta densidad (pan italiano, francés o sourdough firme). El pan integral se puede usar, pero tiene una absorción distinta; conviene secarlo un poco antes para que no absorba en exceso y no deje la strata pastosa.

Si utilizas pan muy fresco, seca los cubos en el horno o déjalos en una bolsa abierta hasta que pierdan humedad. Esto facilita una absorción equilibrada y ayuda a mantener la estructura al cortar.

Para versiones más nutritivas, mezcla panes: parte pan blanco denso con pan integral, ajustando el reposo para que la hidratación sea homogénea.

¿Puedo hacer la receta sin productos lácteos o sin huevo?

La textura clásica de la strata depende del coagulado del huevo y de la grasa de la nata; eliminar ambos cambia el resultado notablemente. Para una opción con menos lácteos se puede reducir la nata y aumentar la leche, pero no es recomendable eliminar completamente la fase líquida que sustituya al huevo sin cambiar a una receta diferente diseñada para ser vegana.

Si necesitas evitar lácteos, busca recetas alternativas que empleen sustitutos vegetales y agentes espesantes adecuados, ya que un reemplazo directo aquí no dará la misma textura cremosa y estable.

En cuanto al huevo, no hay un sustituto directo que reproduzca su capacidad de cuajar y ligar tal como lo hace en esta strata; para dietas sin huevo es mejor preparar un plato similar específicamente formulado para ese objetivo.

¿Cómo ajusto la receta para más o menos raciones?

La receta original da 10 raciones. Para reducir o aumentar el número de porciones, escala los ingredientes proporcionalmente teniendo en cuenta la capacidad de tu fuente: mantiene la relación entre huevo y lácteos para conservar la textura. Si reduces mucho la cantidad, el tiempo de horneado disminuirá; si aumentas significativamente, puede requerir más tiempo y una fuente más profunda.

Al escalar, presta atención al tiempo de horneado y a la comprobación por textura en el centro: una fuente más pequeña y profunda necesitará más tiempo, mientras que una fuente amplia y poco profunda se cuece antes.

Mi recomendación práctica: ajusta las cantidades en función del volumen de la fuente y vigila la cocción con palillo o termómetro para asegurar un cuajado uniforme.

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Lucia Gomez

Lucía Gomez es cocinera doméstica avanzada y redactora gastronómica centrada en cocina accesible: rápidas, saludables, repostería y batch cooking. Su metodología prioriza ingredientes asequibles, técnicas replicables y tiempos verificados en cocina real. Cada receta incluye lista de ingredientes clara, pasos numerados, variantes por alergias o preferencias y consejos de presentación sin artificios. Lucía dirige la línea editorial de fichas “smart” con tarjeta de información (porciones, tiempos, conservación) y tablas de nutrición aproximada. Apuesta por la recuperación de recetas tradicionales con enfoques modernos (airfryer, olla lenta) y por minimizar desperdicio con reaprovechamientos. Su comunidad valora su tono cercano, los resultados consistentes y su obsesión por testear medidas y horneados para evitar errores comunes.

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