La crisis de Barcelona en Comú tras el paso de Janet Sanz
El anuncio de Janet Sanz de abandonar la política marca una etapa crítica para Barcelona en Comú, en el contexto de unas elecciones municipales de 2027 que están cargadas de incertidumbre. Sanz, líder del partido, se retira en un momento de debates internos sobre la próxima cabeza de cartel, en un partido que ha visto a Ada Colau como su figura central desde su fundación.
Colau, ex alcaldesa de Barcelona, ha tenido una trayectoria llena de altibajos. Su llegada a la alcaldía en 2015 representó un cambio significativo, logrando convertirse en la fuerza política más votada. Sin embargo, el desgaste de los años ha dejado un sabor amargo en sus logros, sobre todo en el contexto actual, donde la representación de su partido en el Parlamento ha disminuido.
A pesar de que Colau renunció a su acta de concejal, ha mantenido su relevancia política a través de su participación en diversas iniciativas, incluida la Global Sumud Flotilla, una misión internacional que promueve la solidaridad con Gaza. Su liderazgo sigue siendo crucial en la preparación del terreno para las futuras elecciones, aunque su discurso sobre una posible reelección ha sido confuso.
Durante su administración, Colau logró arrebatar el poder a Xavier Trias, pero su posición se volvió precaria tras las elecciones de 2023, donde finalmente quedó en tercer lugar. La actual dinámica de colaboración entre Barcelona en Comú y el PSC ha resultado en una relación compleja, donde la oposición ha tomado un papel protagónico pero existe un trasfondo de necesarios acuerdos.
La posible sucesión de Sanz queda en manos de nuevas figuras, como Gemma Tarafa, mientras el partido busca recuperar su fuerza en un panorama político cada vez más competitivo, marcado también por la conexión con movimientos como Sumar.
La crisis de los comunes se ha acentuado y los retos que enfrenta en este contexto son significativos, requiriendo un replanteamiento estratégico si desean mantenerse relevantes en la política catalana.